El narcisismo y los riesgos en la seguridad asociados

Introducción

Mientras pensaba en las coincidencias que podía tener que dos ejecutivos de tan diferentes orientaciones (un dirigente político y un empresario de primer nivel) me convocaran para solicitar una reunión de asesoramiento, fui construyendo escenarios posibles en los cuales la convergencia de ambas tareas se cruzara al punto de precisar un asesoramiento profesional en Seguridad que fuera común a ambos intereses.

Mi asombro fue grande cuando luego de las introducciones me plantearon que se habían topado con un gerente de seguridad en común (cumplía tareas para ambos desde una empresa), que los desbordaba de manera anímica intentando establecer una suerte de “liderazgo paralelo” desde la función relacionada a la protección de activos, seguridad física e integral más otras tareas que se la habían encargado oportunamente.

El profesional de seguridad comenzó a delinear una estrategia de aislamiento del área de la seguridad, tanto dentro de la empresa como en el área política, en la que los oficiales de protección respondían solamente a él, ignorando en ocasiones, la estructura orgánica de las organizaciones para las que estaban prestando servicios.

De esa manera, se generaron rispideces de todo tipo, incluyendo las primeras llamadas de atención cuando luego de incidentes de seguridad y solicitud de responsabilidad, el profesional de seguridad invariablemente derivaba las fallas a los oficiales de protección contratados, es decir evadir su propio compromiso. Incluso les marcaba responsabilidades a los propios líderes que lo contrataban.

 Esa cultura de “la culpa es del otro” es común en algunos casos de personalidades marcadamente narcisistas o sencillamente irresponsables.

En definitiva y como voy a seguir explicando, estos personajes terminan colocando en riesgo a las organizaciones, activos y personas para las cuales trabajan.

Algunas definiciones

“El síndrome de Narciso, o trastorno de personalidad narcisista, es una enfermedad mental que se caracteriza por un sentido de superioridad, una necesidad de admiración y una falta de empatía. Las personas con este trastorno pueden sobreestimar sus habilidades y exagerar sus logros, y pueden tener una preocupación excesiva por sí mismas y sus propias necesidades, a menudo a expensas de los demás. 

Las personas con síndrome de Narciso pueden ser muy sensibles a las críticas y al fracaso, y pueden reaccionar con ira, desprecio o contraataque. También pueden evitar situaciones en las que puedan fallar.

El trastorno de la personalidad narcisista es una enfermedad de salud mental en la cual las personas tienen un aire irrazonable de superioridad. Necesitan y buscan demasiada atención, y quieren que las personas las admiren.”

El mundo moderno, un mundo transformado profundamente como consecuencia de los grandes adelantos tecnológicos, el stress social, los efectos irreversibles que ha dejado la pandemia del COVID-19, las guerras y conflictos, los flujos migratorios mixtos exacerbados y que generan grandes cambios en las sociedades, el cambio climático y más, han creado escenarios colectivos nunca imaginados, han impuesto cambios en las costumbres sociales, familiares, personales y empresariales e innovando a través del fenómeno comunicacional más grande conocido –las redes sociales– un nuevo campo para el culto a la personalidad y el advenimiento de un nuevo fenómeno  vinculado a las figuras de emergentes personalidades que se han dado a conocer a través de esos medios y que muestran de manera permanente su estilo de vida y filosofía, su entorno y sobre todo todo, intentan influir de una manera u otra en el pensamiento de quienes los siguen.

Así, estos influenciadores (o influencers) resultan en una suerte de nuevos “flautistas de Hamelín”, que, según la historia, fue un joven hombre que trabajaba como voluntario para deshacerse del ejército de ratas que invaden al pueblo de Hamelín en Alemania y recibir a cambio el dinero que ofrece el alcalde.

Al tocar su flauta, las hipnotiza y las pone en búsqueda de un pedazo de queso gigante que en realidad no existe. La Historia cuenta que al no recibir el pago, una promesa incumplida, el flautista cuando el pueblo no cumple con su parte hace desaparecer a los niños del pueblo como castigo. La leyenda dice que los hechos ocurrieron a finales del siglo XIII en la ciudad de Hamelín, al norte de Alemania.

En al área de la seguridad privada y también pública, el narcisismo ha ganado espacio y representa un riesgo en materia de vulnerabilidades de todo tipo en cualquier organización en la que se detecte la presencia de un líder de seguridad con esas características.

Como bien lo indica la definición, el síndrome de Narciso entre otros factores, no permite que se asuman errores personales ni fallas de ningún tipo, derivando casi siempre la responsabilidad de estas fallas hacia otros operadores o funcionarios. Esto, trasladado al área de seguridad es crítico. En el área de la seguridad, este tipo de liderazgo puede terminar comprometiendo a toda la organización.

Es extremadamente importante que el operador que ocupa un puesto de dirección, gerencia y supervisión en general sea una persona libre o alejada de este tipo de personalidades, una tarea que debe manejarse de manera fundamental en Recursos Humanos y a nivel de la Dirección general.

Es difícil recordar, por ejemplo, quién es el director de seguridad del estadio San Ciro de Milán, en dónde se juegan ocho partidos al mes que reúnen cerca de 60.000 espectadores por partido. El que dirige, gerencia, supervisa y controla este gigantesco movimiento mantiene un perfil bajo muy marcado, y hace su trabajo de manera correcta. Y no persigue objetivos de reconocimiento en las redes.

O quién es el director de seguridad de la Coca Cola, o la FIFA, por ejemplo, corporaciones de la más alta importancia y volumen mundial, quiénes integran la junta de asesores de los directorios. Son personas de bajo perfil, su alta responsabilidad se lo requiere y son verdaderos influenciadores en sus respectivas empresas, lo cual es impresionante. Muy pocos de ellos manejan las redes sociales y muestran su vida y mucho menos intentan esparcir enseñanzas y buscar séquitos de seguidores, un síntoma actual de la nueva normalidad en muchas situaciones de la dinámica de la seguridad privada.

Los consultores, asesores y especialistas en seguridad, también son parte de este panorama y se les debe tener en consideración para detectar narcisismos riesgosos para las organizaciones o clientes en general que eventualmente los contraten.

El narcisismo es un tema actual y que afecta al área de la seguridad y como tal merece ser tratado.

Por Fernando Vaccotti

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Autor: Fernando Vaccotti

Former Field Security Officer OIM AMCA Venezuela. Consultor Privado en FV Consulting. Experto en Seguridad Internacional. Security Consulting Services & Solutions. Consultor Experto en Seguridad WFP (Programa Mundial de Alimentos ONU). Field Security Officer en OIM ONU -Migración. Soluciones en Seguridad Multidimensional. Pensando soluciones fuera de la caja. Out of box thinking.

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