Un poco de historia narco
Al iniciarse el cuarto mes del nuevo Gobierno de AMLO en México, el llamado régimen de la Cuarta Transformación*, dos capos temibles se erigieron como los amos y señores del narcotráfico en México: Ismael “El Mayo” Zambada y Nemesio Oseguera, cabezas de los carteles de Sinaloa y de Jalisco Nueva Generación, respectivamente.
Tras la caída de Joaquín Guzmán Loera, supuesto jefe de Sinaloa –otras versiones sostienen que Zambada siempre ha sido el verdadero jefe de ese grupo criminal– El Mayo se entronizó en la jefatura del cartel y todo indica que se quedará por mucho tiempo, al menos durante este sexenio parece intocable y también necesario para restablecer el orden entre los grupos criminales.
Oseguera, por su parte, quien supuestamente estuvo a punto de ser detenido en las postrimerías del sexenio pasado, también se reposicionó como jefe del Cartel de Jalisco: tiene el control en diez entidades y nada parece removerlo del mando de la organización criminal que fundó en 2008, precisamente asociado con Sinaloa, aunque más tarde terminaron separados.
El Mayo Zambada García ha sido un hombre muy poderoso en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Es un capo necesario para el régimen debido al control que ejerció en el crimen organizado nacional e internacional, pues también tiene amplias influencias en todo el Continente latinoamericano, donde Sinaloa ha impuesto sus reales.
Y es que Zambada García es el último capo poderoso de la vieja guardia. Todos han muerto o están presos. Hasta 1997, el amo del narcotráfico era Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, cabeza del Cartel de Juárez, otrora poderoso grupo criminal fundado por Pablo Acosta Villarreal, “El Zorro de Ojinaga”.
ALGO SOBRE EL CARTEL DE JUAREZ
Sus jefes posteriores fueron Rafael Aguilar Guajardo –asesinado en Cancún, Quintana Roo en 1993–, Carrillo Fuentes lo relevó y tras la muerte de éste su hermano Vicente, conocido como “El Viceroy”, tomó el mando. Luego fue detenido en Torreón, Coahuila.

En el Cártel de Juárez militaron Ismael Zambada, los hermanos Carrillo Fuentes, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul” –quizá uno de los más hábiles para negociar con grupos antagónicos –, quien supuestamente falleció hace unos cuatro años debido a un paro respiratorio causado tras un accidente automovilístico.
De aquel poderoso Cartel de Juárez también formaban parte los hermanos Beltrán Leyva –Arturo era el más violento e intrépido– y Nacho Coronel. Tras la supuesta muerte de Amado Carrillo, tuvieron que pasar cuatro años para que este equipo de capos y criminales se volvieran a juntar en el Cartel de Sinaloa, fundado por Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”.
Con la lenta desaparición del Cartel de Tijuana, el Mayo empezó a ganar el control de las rutas a través de Sonora y Baja California. Zambada además controló gran cantidad de los embarques y la producción de heroína, metanfetamina y fentanilo que salen desde México hacia Estados Unidos.
Fue a partir del año 2001 –al arranque del sexenio de Vicente Fox –cuando las autoridades se confabularon para soltar a Guzmán Loera a cambio de un pago millonario. Al régimen panista le interesaba que un solo grupo criminal tomara el control del crimen organizado y “alineara” a los carteles beligerantes, entre otros, el del Golfo, Los Zetas y La Familia Michoacana.
“El Mayo”, considerado el último capo de la vieja guardia, se caracterizó por mantener un perfil bajo y por haber sido el único capo de la vieja guardia capaz de evadir la justicia durante más de cuatro décadas.
Durante la tarde del 25 de julio de 2024, El Mayo viajó en una avioneta privada a la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, presuntamente en compañía de Joaquín Guzmán López, hijo de El Chapo. Ambos fueron detenidos por las autoridades estadounidenses.
Es importante entender que las redes asociadas al Mayo controlan gran parte de la producción de heroína, marihuana, metanfetamina y fentanilo en México, y además participan en el tráfico de cocaína desde Sudamérica.
El Mayo y sus colaboradores también han logrado establecer diversos esquemas de lavado de activos que se extienden por todo el país, según las investigaciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Estos han involucrado a varias empresas, algunas de las cuales presuntamente han recibido contratos del gobierno.
Por otro lado, las redes de narcotráfico asociadas al Mayo continuamente envían emisarios a Colombia, Ecuador y Venezuela para garantizar el flujo de cocaína. También cuentan con proveedores de precursores químicos en Asia, que facilitan la producción de drogas sintéticas.
Finalmente, los clientes de las redes de tráfico de drogas asociadas al Mayo se extienden por cada continente.
Aliados y enemigos
El Mayo ha sellado y acabado muchas alianzas con otras organizaciones criminales. La actual alianza de su facción con los Chapitos es una de las grandes razones por las que se considera que el Cartel de Sinaloa es el más poderoso del hemisferio.

Por tanto, alguna de las operaciones de transporte de cocaína que llegaron a tierras uruguayas en años anteriores, estaban vinculadas con actividades del cartel de Sinaloa. En esa época, algunas figuras de las autoridades uruguayas involucradas en el combate al narcotráfico fueron amenazadas. A continuación una crónica de esos hechos.
de la Redacción El País
En estos días la detención en Estados Unidos de figuras claves del narcotráfico mexicano concita la atención. Fuentes policiales contaron a El País que, hace no tanto tiempo, funcionarios uruguayos que estaban en la primera línea del combate contra el tráfico de drogas estuvieron en la mira de carteles mexicanos. En 2010 la estadounidense Drug Enforcement Administration (DEA) advirtió a Uruguay que sicarios enviados por el Cartel de Sinaloa, pretendían matar a Julio Guarteche, quien entonces estaba a cargo de la Dirección General del Tráfico Ilícito de Drogas y quien luego fue director de la Policía Nacional.
“El Mayo”
A Ismael “El Mayo” Zambada (76) se lo conocía como “el Señor del Sombrero”, por su costumbre de siempre llevar uno puesto, o “El Padrino”, porque tenía en sus manos los hilos del poderoso cartel de Sinaloa tras la captura del otro fundador de la organización, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
“El Mayo” jamás había caído en prisión. Comenzó a los 16 años en organizaciones mexicanas de tráfico de drogas que trasladaban cocaína y marihuana a Estados Unidos.
Su bajo perfil y sus contactos lo ayudaron a mantenerse a salvo de la policía mexicana durante 60 años. En un afiche que desparramó por las calles de la ciudad de México, Estados Unidos ofreció una recompensa de US$ 15 millones para quien delatara a Zambada.
La importancia de este narcotraficante para Estados Unidos radicaba en que el cartel de Sinaloa es el principal distribuidor de fentanilo, droga que provoca en Estados Unidos más de 100.000 muertes anuales por sobredosis.
El 25 de julio pasado, “El Mayo” fue arrestado en Texas por la policía de Estados Unidos. Lo acompañaba Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de “El Chapo” Guzmán.
¿Se trató de una entrega o de un operativo policial estadounidense?
La respuesta a esa pregunta no está clara. Varios expertos en tráfico de drogas señalaron que “El Mayo” se habría entregado para acogerse a beneficios judiciales en un momento en el que tenía un papel secundario en el cartel de Sinaloa.
Zambada y Guzmán López se enfrentarán a la Justicia en los próximos días. Zambada es acusado de tráfico de drogas, armas, lavado de activos, secuestros y asesinatos. A Guzmán López, se le atribuye haber traficado cocaína, fentanilo y heroína.
Investigadores policiales expertos en el combate a las drogas pusieron en duda la captura del “El Mayo”, un narcotraficante sagaz y experiente y entienden que Zambada habría “diseñado” su entrega para alejarse de la actual guerra que enfrenta al cartel de Sinaloa con la organización Jalisco Nueva Generación y Los Cuinis, liderada por Nemesio Oseguerra Cervantes. Nemesio es cuñado de Abigail González Valencia, el capo de Los Cuinis (se conoce como “cuini” a un tipo de ardilla en México). Los Cuinis lavan dinero para Jalisco Nueva Generación.
Jalisco Nueva Generación/Los Cuinis es considerado el cartel de traficantes de drogas con mayor poder económico del mundo.
Los policías antidrogas uruguayos entienden que la caída de Zambada favorecerá a sus rivales por el prestigio, la astucia, y los contactos que tenía el traficante, que espera juicio. “Cuando un cartel de drogas empieza a sufrir una crisis, otro ocupa su lugar”, explicó a El País un policía experiente. Aclaró que en Uruguay operan grupos extranjeros que, a veces tejen alianzas para enviar cargamentos de cocaína a Europa y, en otros momentos, mandan las cargas por sí solos aprovechando los contactos que tienen con las mafias europeas.
Operativa
En Uruguay y en Argentina hubo actuaciones en el pasado reciente de integrantes de Jalisco Nueva Generación/Los Cuinis y el de Sinaloa, hoy enfrentados a muerte.
En febrero de 2008 se detectó un brazo del cártel de Sinaloa, liderado por “El Chapo” Guzmán y “El Mayo” Zambada” en el paraje La Concordia, Soriano. El cártel mexicano utilizó la estancia “El Catalán” para aterrizar una avioneta con 142 kilos de cocaína.
Los representantes en Uruguay de la organización vivían en lujosos apartamentos de La Barra, en Maldonado, y habían llegado al mismo tiempo que otros lugartenientes que fueron enviados a la Argentina.
En ese entonces, la Brigada Antidrogas recibió información de que los narcos mexicanos traerían cocaína por avión desde Bolivia. En el operativo se utilizó un helicóptero para trasladar los policías armados a la estancia ubicada en Soriano.
La Policía pidió autorización al entonces presidente, Tabaré Vázquez, para realizar el despegue del helicóptero desde la estancia presidencial de Anchorena, en Colonia. La policía prefirió no partir del Aeropuerto de Carrasco para evitar sospechas. Vázquez dio permiso. El helicóptero aterrizó cerca de “El Catalán”.
La Policía rodeó el establecimiento y esperó la llegada del avión proveniente de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) con la cocaína. Los policías observaron como el cargamento era trasladado a otros autos. Al salir de la estancia, los dos vehículos fueron detenidos. Fueron capturados dos miembros del cartel de Sinaloa y tres uruguayos. Uno de los detenidos se encargaba en disimular en exportaciones de pescado los embarques de droga a otros países.
Varios amenazados
La agencia antidrogas estadounidense (DEA) comunicó al entonces director Nacional de Drogas, Julio Guarteche, que sicarios enviados por el cártel mexicano de Sinaloa pretendían asesinarlo. Otras posibles víctimas iban a ser la fiscal Mónica Ferrero y el juez de Crimen Organizado, Jorge Díaz.
Según supo El País de una alta fuente del Ministerio del Interior de la época, el atentado contra Guarteche se realizaría mediante explosivos.
“Quienes estábamos en la línea de trabajo al combate al tráfico internacional de drogas tomamos medidas extremas de seguridad”, recordó la fuente .
Guarteche se fue al interior. Otros “objetivos” se encerraron en sus casas custodiadas por la Policía. Luego llegaron los primeros vehículos blindados destinados a la custodia de jerarcas del Ministerio del Interior, jueces y fiscales involucrados en la lucha contra el crimen organizado. Guarteche murió en 2016.
El narco que fue seguido un año

Extradición de narcotraficante mexicano Gerardo González Valencia a Estados Unidos.
En 2009, tras un choque en Buenos Aires de un Chevrolet Astra, conducido por un mexicano que no tenía residencia legal pero que llevaba encima una cédula azul expedida a su nombre, se encendieron las alarmas de los organismos de combate al narcotráfico, según informó el diario argentino La Nación.
Ese incidente, ocurrido en Puerto Madero, dio lugar a una larga investigación que puso bajo los reflectores de la Justicia argentina a la pata en la vecina orilla del cartel de drogas mexicano Jalisco Nueva Generación y su brazo financiero denominado Los Cuinis.
El Ministerio Público argentino precisó que su ingreso habría ocurrido entre 2008 y 2012, cuando gran parte de la organización abandonó la Argentina.
El 21 de abril de 2016, el mexicano Gerardo González Valencia, cuñado del capo del Jalisco Nueva Generación y hermano del líder de los Cuinis, Abigail González Valencia, fue detenido frente a un colegio ubicado en el barrio de Carrasco cuando se aprontaba a huir del país. El operativo de seguimiento de González Valencia llevó un año. Tras recibir informes de sus pares argentinos, investigadores policiales presumían que González Valencia tenía como misión lavar dinero en Uruguay.
Al día siguiente de su captura, unos 30 policías de la Guardia Republicana y de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, armados con subfusiles automáticos y chalecos antibalas, custodiaron a Gerardo González Valencia hasta su ingreso a la sede del Juzgado Especializado en Crimen Organizado.
Allí fue interrogado por lavado de activos mediante la compra de propiedades en Punta del Este. Sobre el detenido pesaba una requisitoria de Estados Unidos por tráfico de drogas. Durante su estadía en la Guardia Republicana, González Valencia se contactó 12 veces con el capo de la mafia italiana Ndrangheta, Rocco Morabito, preso en Cárcel Central.
Mexicanos se unen a italianos y brasileños
Los traslados de González Valencia para visitar a Morabito se hacían sin orden judicial y bajo el pretexto de que era para visitas conyugales. Esto ocurrió a pesar de que en su lugar de reclusión el mexicano disponía de las instalaciones adecuadas para ello.
Cuando asumió el ministro del Interior Jorge Larrañaga ya estaba pedida y autorizada por la Justicia uruguaya la extradición de González Valencia y se estaba esperando que policías estadounidenses vinieran a buscarlo. Ello ocurrió en 2020.
Según analistas brasileños, los carteles mexicanos se aliaron con el Primer Comando de la Capital y el Comando Vermelho para traficar cocaína a Europa. La droga sale de Bolivia o Colombia y es alijada en depósitos ubicados en Brasil. Los grupos brasileños la colocan en barcos en Santos, Paranaguá y Rio Grande que se dirigen a Europa. Allí venden la cocaína a las mafias italianas.
- La «cuarta transformación» fue el proyecto político de AMLO, Andrés Manuel López Obrador para México.
- Para el analista político Lorenzo Meyer, la cuarta transformación de la que habla López Obrador es más bien un cambio de régimen que conllevaba independencia de los Poderes Legislativo y Judicial y el combate a la corrupción, impunidad y la prepotencia.
- Para consolidar el cambio del que hablaba, el presidente hizo 100 compromisos con los que buscaba resolver las demandas sociales que aquejan al país, principalmente a favor de los intereses populares.