Mientras el mundo comienza un nuevo año agitado en varios frentes políticos, geográficos, económicos y militares entre otros, la situación de crisis política en la península de Corea parece no detenerse.

Más allá de la vulnerabilidades que esta situación le provoca frente a su vecino del Norte, siempre alerta para generar cualquier movida de carácter híbrido que complique a su vecino, parecería que Corea del Sur entra en un túnel de caída vertical en materia de resolución de conflictos internos y con un nivel de tensión no visto anteriormente. El intento de detención del destituido presidente Yoon su resistencia actual al arresto es un hecho de pronóstico reservado.
Por Fernando Vaccotti
(aportes y lecturas de prensa abierta como The New York Times, AFP, Clarin, M, SWI, informes en multimedia)
Agentes de policía e investigadores intentaron hacer comparecer al presidente Yoon Suk Yeol para interrogarle sobre su declaración de la ley marcial el mes pasado.
La breve declaración de la ley marcial por parte del presidente Yoon Suk Yeol ha creado la mayor crisis constitucional de Corea del Sur desde que el país se democratizó a fines de la década de 1980.
El 14 de diciembre, Yoon, un líder profundamente impopular, fue sometido a un proceso de destitución por parte de la Asamblea Nacional, lo que lo convirtió en el tercer presidente surcoreano en ser suspendido del poder mediante una votación de ese tipo.
Pero la incertidumbre sobre el futuro político del país solo se ha profundizado desde entonces.
Además de su juicio político, Yoon enfrenta una investigación penal, la primera dirigida contra un presidente surcoreano en funciones.
Miembros de la Confederación Coreana de Sindicatos celebran una concentración exigiendo la detención del presidente destituido Yoon Suk Yeol cerca de la residencia presidencial en Seúl, Corea del Sur, el viernes 3 de enero de 2025. (AP Photo/Ahn Young-joon)
Así es como se ha desarrollado la crisis.
CRONOLOGIA : Un mes de caos político en Corea del Sur
Hace un mes, el presidente Yoon Suk Yeol hundió a Corea del Sur en una grave crisis política al declarar una efímera ley marcial por la cual se emitió una orden de detención en su contra.
– Efímera ley marcial –

El 3 de diciembre, a las 22H23 (13H23 GMT), el presidente Yoon comparece inesperadamente en televisión y declara una ley marcial en medio de tensiones con la mayoría opositora de la Asamblea Nacional por cuestiones presupuestarias.
El dirigente asegura querer proteger el país de «las fuerzas comunistas norcoreanas» y «eliminar los elementos hostiles al Estado». Las actividades políticas quedan prohibidas y helicópteros militares aterrizan en el parlamento.
Dos horas después, unos 190 diputados consiguen entrar en la Asamblea a pesar de la oposición de los soldados. En el exterior, miles de personas piden la dimisión del presidente.
Los diputados aprueban una moción reclamando el levantamiento de la ley marcial. Horas después, el presidente reaparece en televisión para derogar la medida.
– Moción de destitución e investigación –
En la tarde del 4 de diciembre, la oposición anuncia que presentará una moción de destitución. En Seúl, miles de personas protestan contra Yoon.
El día después, el jefe del Partido del Poder Popular (PPP) de Yoon, Han Dong-hoon, dice que su formación se opondrá a la moción.
Al mismo tiempo, la policía abre una investigación por «insurrección», un crimen que puede llegar a castigarse con la pena de muerte.
– Fracaso de la primera moción de destitución –

El 7 de diciembre, Yoon escapa a una primera moción de destitución porque los diputados de su partido boicotean la votación. Por la mañana había reaparecido en un discurso a la nación pidiendo «disculpas sinceras» a la población.
– «Hasta el último minuto» –
El dimitido ministro de Defensa Kim Yong-hyun, señalado como quien empujó al presidente a imponer la ley marcial, es arrestado el 8 de diciembre.
En paralelo, el Partido Demócrata, que lidera la oposición, anuncia que intentará una segunda moción de destitución el 14 de diciembre.
El 12 de diciembre, Yoon, que tiene prohibido dejar el país debido a la investigación contra él, asegura que luchará «hasta el último minuto».
– Destituciones parlamentarias –
La segunda moción de destitución se aprueba el 14 de diciembre con 204 votos a favor, 85 en contra, tres abstenciones y ocho votos nulos. Decenas de miles de manifestantes concentrados frente a la Asamblea estallan de alegría.
Yoon queda suspendido de funciones. El caso pasa al Tribunal Constitucional, que dispone de seis meses para ratificar o rechazar la destitución.
El primer ministro Han Duck-soo asume la presidencia interinamente, pero el 27 de diciembre es también destituido por la oposición que lo acusa de haber «participado activamente en la insurrección». Su lugar lo asume el ministro de Finanzas, Choi Sang-mok.
– Accidente de avión –
Con el país conmocionado por un accidente de avión el 29 de diciembre que mató a 179 personas, la justicia emite el último día del año una orden de arresto contra Yoon, que había desatendido tres citaciones de interrogatorio de los investigadores.
Es el primer mandato de arresto contra un presidente en el cargo en la historia de Corea del Sur.
– Mensaje desafiante –
El 1 de enero, los investigadores aseguran que Yoon será detenido como muy tarde el 6 de enero, día en que termina la vigencia de la orden de arresto.
Cientos de partidarios del presidente se concentran cerca de su residencia en Seúl. En una carta distribuida entre los manifestantes, Yoon asegura que luchará «hasta el final».
– Yoon se resiste al arresto –
Los agentes encargados de la investigación acceden el 3 de enero por la mañana al domicilio de Yoon en Seúl para ejecutar la orden de arresto en su contra.

Sin embargo, la comitiva se topa con la resistencia de los servicios de seguridad del presidente que, según medios locales, impiden su arresto.
A primera hora de la tarde, los investigadores suspenden su intento de arresto debido «al enfrentamiento en curso» y a «la preocupación por la seguridad del personal».
¿Por qué se sometió a juicio político a Yoon?
El decreto de ley marcial de Yoon del 3 de diciembre, que puso al país bajo un régimen militar por primera vez en 45 años, duró solo seis horas.
Pero sumió a la democracia de Corea del Sur en el caos y provocó la indignación pública, recordando la dolorosa historia de dictadura militar del país hace décadas.
En el proyecto de ley de destitución, los legisladores de la oposición argumentaron que Yoon había perpetrado una insurrección cuando hizo la declaración de la ley marcial y envió tropas a la Asamblea Nacional.

Dijeron que era un intento de impedir que los legisladores votaran en contra del decreto, como era su derecho según la constitución.
Una votación inicial de destitución el 7 de diciembre fracasó, después de que los legisladores del Partido del Poder Popular de Yoon la boicotearan, diciendo que se le debía dar una oportunidad de renunciar.
Una semana después, 12 legisladores del partido de Yoon se unieron a la oposición para destituirlo, sellando su destino.
El destino de Yoon está en manos del Tribunal Constitucional, que decidirá dentro de los próximos seis meses si lo reinstala o lo destituye formalmente.
¿Quién está a cargo ahora?
Los partidos de oposición del país, que dominan la Asamblea Nacional, destituyeron al primer ministro Han Duck-soo, que se desempeñaba como presidente interino desde la destitución de Yoon, en un impasse por el nombramiento de jueces.
Choi Sang-mok, el ministro de finanzas, fue nombrado nuevo presidente interino.

La votación parlamentaria del 27 de diciembre sobre Han fue la primera vez en la historia de Corea del Sur que un presidente interino había sido destituido.
Al igual que Han, Choi no es un funcionario electo.
Está dirigiendo Corea del Sur sin peso político real mientras el país enfrenta desafíos como la creciente amenaza nuclear de Corea del Norte y el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
Mientras tanto, Yoon ha prometido luchar en los tribunales para recuperar su poder.
En un discurso grabado publicado poco después de su destitución, Yoon enumeró lo que consideraba sus logros como presidente, incluidos sus esfuerzos por fortalecer los lazos militares con Estados Unidos y Japón.
Ahora, sus esfuerzos se han detenido, dijo.
El tribunal decidirá dentro de 180 días si Yoon es culpable de los crímenes de los que lo acusó la Asamblea Nacional y, de ser así, si son lo suficientemente graves como para merecer su destitución.
Si el tribunal lo destituye formalmente, Corea del Sur debería elegir un nuevo líder en dos meses.
¿Por qué lo hizo Yoon?
Yoon ha dicho que declaró la ley marcial por “desesperación” ante una oposición que utilizó su mayoría parlamentaria para “paralizar” su gobierno.
Yoon criticó a la oposición por recortar algunos de los presupuestos gubernamentales previstos para el próximo año, así como por sus frecuentes intentos de destituir a sus designados políticos.
Pero esas quejas no pueden ser motivo para declarar la ley marcial, dijo Kim Young Hoon, director del Colegio de Abogados de Corea, a The New York Times.
Yoon tampoco notificó de inmediato a la Asamblea Nacional su declaración de la ley marcial, como lo exige la ley, según la asamblea.
“Está claro que la declaración de la ley marcial del presidente Yoon no cumplió con los requisitos establecidos por la constitución”, dijo Kim.
El jefe de la Agencia Nacional de Policía, Cho Ji-ho, dijo a la asamblea el 9 de diciembre que cuando la ley marcial estuvo brevemente en vigor, el ejército pidió a la policía que le ayudara a localizar y detener a 15 personas, incluidos los líderes de los principales partidos políticos.
Sin embargo, incluso durante la ley marcial, el presidente no tiene derecho a detener a los legisladores a menos que sean sorprendidos cometiendo un delito.
¿Cuáles son las acusaciones penales contra el presidente?
A Yoon se le ha prohibido salir del país mientras la policía y los fiscales investigan si él y sus partidarios en el gobierno y el ejército cometieron una insurrección cuando enviaron tropas armadas a la Asamblea Nacional.
El coronel Kim Hyun-tae, que dirigió una unidad de fuerzas especiales que fue enviada a la asamblea, dijo que recibió órdenes de expulsar por la fuerza a los legisladores para evitar que 150 de ellos, el número necesario para derogar la ley marcial, se reunieran.
La ley penal de Corea del Sur define la insurrección como cualquier intento de «derrocar los órganos gubernamentales establecidos por la constitución o hacer imposible el ejercicio de sus funciones por la fuerza».
Si Yoon fuera declarado culpable de insurrección y el tribunal dictaminara que fue su cabecilla, podría enfrentarse a la pena de muerte o a cadena perpetua.
Los fiscales han detenido a su ex ministro de Defensa y a dos ex jefes de policía acusados de ayudar a llevar a cabo la insurrección.
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