“Se entrenan en la crueldad”: jerarca de Fiscalía sobre niños y narcotráfico
Introducción
En Uruguay, miles de niños, niñas y adolescentes sufren violencia, incluyendo maltrato, abuso sexual y explotación sexual. El abordaje de esta problemática requiere de un enfoque intersectorial y multidisciplinario.
Violencia contra la infancia en Uruguay
- En 2020, se registraron 4.911 situaciones de violencia contra niños, niñas y adolescentes.
- El 38% de los casos correspondió a niños y niñas de entre 6 y 12 años.
- El 34% de los casos fue maltrato emocional, seguido de negligencia, maltrato físico, abuso sexual y explotación sexual.
- El 9 de cada 10 agresores eran familiares directos o integrantes del núcleo de convivencia de las víctimas.
- En 2021, se detectaron e intervinieron 7.035 situaciones de violencia contra niños, niñas y adolescentes.
- Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia (SIPIAV)
- Desde octubre de 2019, ha entrado en vigencia la Ley N° 19747, que consagra la creación con carácter permanente del Sistema Integral de Protección a la Infancia y Adolescencia contra la Violencia, que funciona en la órbita del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, quien lo preside.

11.03.2025 18:00, En Perspectiva, Radiomundo 1170AM
La directora de la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía General de la Nación, Mariela Solari, se adentró en las vivencias de niños atrapados en la violencia por el narcotráfico y explicó cómo estas víctimas “se entrenan en la crueldad” y pasan a “no registrar el dolor del otro”.
En entrevista con En perspectiva, el periodista Emiliano Cotelo marcó como puntapié inicial un informe de El Observador que narraba distintos casos de estos niños que son “garantía” en bocas de droga.
Entre las repercusiones de la nota, Solari escribió en sus redes sociales que el texto fue “muy doloroso de leer” y que es posible “reparar estas infancias rotas”, pero “debe ser un imperativo ético y de derechos que la infancia sea prioridad para que esto no suceda”. Asimismo, comentó que lo que leyó “no es una sorpresa”, ya que “en los últimos tres años, es lo que se vive a diario”.
La unidad existe desde 2017, y “siempre aparecen niños en este tipo de hechos”, como en los casos de femicidios, en los que, contó, “siempre tienen niños, que muchas veces quedan totalmente invisibilizados en un hecho de extrema violencia que ellos ven”.
“Lo que ahora venimos viendo y planteando desde el año pasado es la exposición a la crueldad”, subrayó la asistente social. Solari mencionó ejemplos gráficos con casos, como el de una niña que vio cómo le amputaron los dedos de una mano a su mamá y “la dejó sin habla durante meses” y otra que vio a su padre “asesinado a balazos y sintió que tenía la sangre en la cara”.
“Lo que quiero decir con esto es que cuando los niños tan pequeños crecen es en un entorno de descubrimiento y de aprendizaje, y no pueden discernir si esto que ven es un juego; y lo que sienten es miedo y viven en estado de alerta”, explicó Solari y subrayó en “hacer eco” de que “no son los niños de otros, sino de la sociedad uruguaya”. “Vivir en estado de alerta no te permite que tu cerebro pueda descubrir cómo tenés que descubrir cuando sos niño, con tranquilidad”, argumentó.
Sin embargo, la directora afirmó ser una “convencida de que se pueden reparar estas infancias rotas”, pero hacerlo “lleva un costo psíquico y emocional para los niños y el entorno” como también un “costo económico para la sociedad uruguaya que es enorme”.
Solari criticó que los niños “quedan invisibles”, “están al costado” y “quedan como un objeto del paisaje” al no ser mencionados en las noticias.
“Cada vez que hay un hecho hay que preguntarse si había niños. Hay que hacerse esa pregunta, porque si había niños, tienen que ser una prioridad, ya que el daño que se genera es un daño que hay que reparar de forma inmediata”.
De acuerdo con su argumento, la asistente social afirmó que a través de esta invisibilización luego termina pasando un hecho “cometido por el mismo niño, que nos olvidamos que fue víctima”.
“Cuando yo aprendo, como niño, que la forma de relacionarme es la crueldad, paso a no registrar el dolor del otro. Porque no hay un registro en mi dolor. Porque si yo fui invisible, ¿cómo hago para creer que ahora puedo tener empatía por el otro? Nos pasamos hablando de la empatía, pero eso se construye”, concluyó Solari.