Ecuador llega a la recta final de la campaña presidencial con todo en el aire en un clima electoral marcado por la crisis de seguridad que afecta al país andino.
Ecuador atraviesa desde 2024 un periodo de violencia extrema atribuida a la expansión del narcotráfico y las estructuras criminales que controlan territorios urbanos y costeros.
Las bandas vinculadas al narcotráfico y a redes de extorsión son responsables de una escalada de violencia sin precedentes. En 2023, Ecuador se convirtió en el país con la tasa de homicidios más alta de América Latina, y 2025 ha iniciado con un promedio de un asesinato por hora, según datos oficiales.
Noboa ha centrado su campaña en la promesa de recuperar el control territorial del Estado y erradicar la violencia criminal con el respaldo de aliados estratégicos.
Ecuador vive bajo un “conflicto armado interno” decretado por Noboa para enfrentar a las bandas criminales, a las que el Estado ahora califica formalmente como organizaciones terroristas. La estrategia ha implicado el despliegue militar en centros urbanos y penitenciarios, además de alianzas con actores internacionales.
Ayer, el presidente Daniel Noboa lanzó duras críticas contra el régimen de Nicolás Maduro y contra su rival en la segunda vuelta presidencial, Luisa González, candidata del correísmo.

“Luisa y el régimen de Maduro piensan igual. ¿Soberanía? ¿Justicia? No, gracias. Ellos prefieren narcos, impunidad y dictadores como amigos. Han sido claros”, escribió el mandatario en su cuenta de la red social X (antes Twitter), donde también compartió un video en el que Diosdado Cabello -número dos del dictador Maduro de Venezuela, critica la presencia de Erick Prince (ex Blackwater) en Ecuador.
El presidente Daniel Noboa y la candidata de izquierda Luisa González se enfrentan en las urnas el próximo domingo 13 de abril. Les separan en las encuestas apenas cuatro décimas, lo que puede considerarse un empate técnico en un escenario similar a lo que fue la primera vuelta electoral.

Son los protagonistas de una campaña atípica, sin demasiada presencia de los protagonistas, como si ambos estuvieran a la defensiva y confiaran más en los fallos del otro que en sus propios méritos. Resulta evidente que ambos carecen de un fuerte carisma, por lo que sus asesores evitan casi cualquier tipo de exposición que no esté bajo su control. Cualquier paso en falso les podría costar la Presidencia.

Datos porcentuales de las encuestas realizadas en el mes de abril
Noboa y González deberán gobernar un país con una de las tasas de homicidios más alta de Latinoamérica y con una deuda que pone en riesgo hasta la nómina de los funcionarios.
El presidente, un joven empresario de 37 años, hijo de un magnate, acumuló mucha popularidad al comienzo de su Gobierno que ha durado año y medio por sacar el ejército a las calles y dar la sensación de que se hacía cargo de una situación de inseguridad alarmante, en la que el crimen organizado ha permeado todas las capas del Estado. Mejoraba con creces a su predecesor, Guillermo Lasso, un banquero que se fue con la criminalidad disparada y en medio de escándalos de corrupción.
Sin embargo, con el paso de los meses la violencia volvió a descontrolarse. Eso se sumó a los apagones, que han afectado al país hasta 12 horas al día. El escándalo diplomático que marcó el asalto a la embajada de México en Quito el año pasado dejó al país un tanto aislado de algunos mandatarios en la región pero como contrapartida fortaleció su posición frente a otros de clara conducción férrea frente a todo lo que implica la influencia del crimen organizado en el continente y su combate frontal.
Sus errores, los forzados y los no forzados, le han abierto de alguna manera una ventana de oportunidad al intento de regreso de la izquierda, la que todavía genera mucha resistencia después de la etapa de Rafael Correa, un presidente que consiguió mejoras evidentes en el país, de la mano de un boom petrolero, pero que se fue de manera muy convulsa, con una sociedad polarizada y en medio de grandes acusaciones de corrupción que lo han mantenido lejos de su país.
El caso del expresidente Rafael Correa, sentenciado en Ecuador por corrupción, es el más emblemático en el país.
La justicia ecuatoriana ha solicitado tres veces a la Interpol que localice y capture al expresidente Rafael Correa, pero las tres veces esa solicitud fue rechazada por la Interpol. Los pedidos están relacionados con el caso abierto por el secuestro del activista político, Fernando Balda y, dos veces, por el caso Sobornos, que giró alrededor de una trama de financiamiento ilegal del movimiento político de Correa.
ver : https://www.primicias.ec/noticias/politica/interpol-alerta-roja-desechan-pedidos-ecuador/

Actualmente la paridad entre los dos candidatos es máxima. Según el último análisis de la consultora Icare, basado en un estudio cuantitativo del Centro de Investigaciones y Estudios Especializados, Noboa mantiene una ligera ventaja sobre González.
Los datos de la encuesta revelan que, en Guayaquil, un 45.5% de los consultados se inclinan por el mandatario, frente a un 39.8% que prefiere a su contrincante. En Quito, el panorama es similar: un 46.5% de los encuestados optaría por Noboa, mientras que un 35.3% lo haría por González.
Los candidatos buscan estos días a los indecisos, que pueden resultar determinantes. El mismo estudio señala que, en Quito, un 7% de los consultados afirmó estar dispuesto a modificar su voto, mientras que en Guayaquil la cifra alcanza el 9,5%. No hay que olvidarse del 27% que ha dicho que votaría nulo, una cantidad muy elevada a la que habrá que convencer del voto útil.
En este clima de tensión política, la campaña electoral se está jugando principalmente con el miedo. Por un lado, se esgrime el temor al regreso del correísmo (Correa domina el partido de Gónzalez, la Revolución Ciudadana), con su presunta sed de venganza contra los opositores, la amenaza de un posible cambio del dólar como moneda oficial o la liberación del exvicepresidente Jorge Glas, encarcelado por malversación de fondos públicos.
Incluso Noboa asegura que su contrincante promoverá un eventual indulto a Rafael Correa, condenado por un caso de corrupción que el considera un caso de lawfare. En el otro extremo, Noboa es percibido con temor por su presunto autoritarismo, la falta de resultados en su gestión, especialmente en el frente de la inseguridad, y la sombra de haber favorecido a sus familiares a la hora de otorgar contratos con el Estado.
Noboa ha continuado haciendo campaña sin solicitar la licencia a la Asamblea como exige la normativa ecuatoriana, lo que ha sido criticado por Elena Nájera, una de las cinco vocales del propio organismo de control, el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Luisa González podría convertirse en la primera presidenta en gobernar el país. Madre soltera de 47 años, hija de campesinos y muy religiosa, ha tratado de acercarse a la comunidad indígena, que en primera vuelta sacó el 5,7% de los votos -ese apoyo podría resultar decisivo.
Su candidato, Leónidas Iza, dijo que tenía muchas prevenciones a la hora de apoyarla por el maltrato que, según él, habían recibido de Correa en el pasado. Por fin, hace una semana, ella firmó, vestida con un poncho rojo andino, un acuerdo con ellos en el que se compromete a revisar las concesiones mineras en caso de ganar, entre otros asuntos. Pero no todo es tan sencillo, de hecho Iza ni siquiera estuvo presente en ese acto.
Dentro de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) hay muchas corrientes contrarias en contra de González, y más favorables a Noboa. El presidente sacó una buena votación en la sierra hace dos meses.

Da la sensación de que las elecciones se van a decidir por muy pocos votos. En primera él venció por apenas 16.746, así que la igual es máxima.
Erick Prince en Ecuador

La presencia de Erik Prince —ex militar y fundador de una de las empresas privadas de seguridad más conocidas del mundo, Blackwater, actualmente renombrada Academi— ha provocado una fuerte controversia en Ecuador.
Prince llegó la semana pasada al país sudamericano y el sábado participó en un operativo conjunto entre policías y militares en la ciudad de Guayaquil, uno de los principales focos de violencia del país. En el operativo también estuvieron presentes los ministros del Interior, John Reimberg, y de Defensa, Gian Carlo Loffredo.
Durante su participación, Prince manifestó su respaldo a Noboa y destacó que su equipo espera continuar colaborando en la lucha contra la criminalidad. Además, acusó directamente al régimen de Maduro de encabezar un “narco-Estado con procesamiento masivo de drogas”, y criticó duramente a los gobiernos de izquierda que, según él, protegen o se benefician del narcotráfico.
Por su parte, Noboa defendió públicamente el vínculo con Prince en una entrevista reciente con la BBC, en la que afirmó que Ecuador enfrenta “una guerrilla urbana no convencional” y que necesita expertos con “la experiencia” necesaria para enfrentar el narcoterrorismo.
Con extractos de El País por Juan Diego Quesada/ Carolina Mella, Infobae América.