OPINIÓN
En Uruguay, el fenómeno de las barrabravas de fútbol ha evolucionado más allá de la pasión deportiva, replicando patrones observados en Argentina, donde estos grupos se consolidaron como actores de peso en el crimen urbano. Aunque a menor escala que en el país vecino, en Montevideo y en varias ciudades del interior, las barrabravas han desarrollado una estructura organizada que combina violencia, presión territorial y, en varios casos, actividades ilícitas.
Al igual que en Argentina, las barrabravas uruguayas mantienen vínculos fluidos con dirigentes deportivos, actores políticos y sectores del hampa, obteniendo beneficios como entradas, viajes, favores económicos y cobertura judicial o policial. Sin embargo, en el último lustro se ha observado una mutación peligrosa: el nexo creciente con el microtráfico de drogas.
En barrios periféricos de Montevideo y de ciudades como Rivera, Maldonado, Salto y Paysandú, integrantes de barrabravas han asumido roles activos como «dealers» o intermediarios en redes de venta de drogas al menudeo. Algunos grupos, aprovechando su conocimiento territorial, su capacidad de intimidación y su estructura semi-clandestina, se han transformado en pequeñas franquicias del narcomenudeo, respondiendo en ocasiones a organizaciones más grandes o actuando de manera autónoma.

Este fenómeno de «hibridación» entre violencia barrabrava y microtráfico replica la lógica argentina, donde ciertos sectores de barras históricas (como las de Boca Juniors o River Plate) derivaron en mafias de control territorial, extorsiones y comercialización de drogas.
En Uruguay, aunque ya es problemático el fenómeno barrabravista comparado con los niveles de violencia de Argentina y otros países de la región como Brasil, por ejemplo,este cruce preocupa a las autoridades. De hecho, investigaciones recientes han detectado que en operativos antidrogas en barrios conflictivos emergen nombres vinculados a facciones radicalizadas de hinchadas deportivas.
El riesgo de fondo es claro: si el Estado no interviene con políticas efectivas de seguridad, prevención y disolución de redes delictivas, Uruguay podría enfrentar en el corto plazo una profesionalización del crimen vinculado a barras bravas, con consecuencias graves para la seguridad ciudadana y la convivencia social.
Referentes y bandas criminales asociadas a las barrabravas en Uruguay
Si bien hoy en Uruguay no existe un «cartel» de gran escala directamente asociado a todas las barrabravas, como sí sucede en otros países. Sin embargo, grupos delictivos locales y pequeñas organizaciones narco-barriales sí han establecido alianzas y vínculos funcionales con facciones violentas de determinadas hinchadas. Principalmente:
- Peñarol y Nacional, los dos clubes más grandes, tienen barras donde sectores radicalizados han sido investigados por su conexión con el microtráfico.
- La banda de «Los Feos» (sector radical de la parcialidad de Peñarol) ha sido mencionada en investigaciones relacionadas a delitos violentos y tráfico de estupefacientes a baja escala.
- La «barra 14» (grupo vinculado a Nacional) también ha tenido episodios de violencia y denuncias por asociación a venta de drogas en eventos deportivos y barrios de Montevideo.
En el interior del país, particularmente en Salto, Paysandú y Rivera, algunos sectores radicalizados de clubes locales tienen nexos informales con bandas de narcomenudeo que operan en zonas de frontera, donde hay además influencia brasileña (PCC) a través de sus bandas satélite en el trasiego de drogas.
Tipos de droga que se trafican en las canchas:
- Marihuana prensada: Es la principal sustancia vendida y consumida en los alrededores y dentro de los estadios. Se maneja en pequeños paquetes, fácil de ocultar.
- Pasta base de cocaína: Circula en sectores más vulnerables de las hinchadas, especialmente en zonas populares de Montevideo.
- Cocaína: En menor medida, aparece sobre todo en transacciones de mayor valor, asociadas a sectores de barra con más poder adquisitivo o «clientes VIP» en fiestas paralelas a los partidos.
- Éxtasis y drogas sintéticas: Se detectaron en algunos eventos deportivos o fiestas posteriores, pero no es el grueso del mercado.
En resumen, luego de otro hecho lamentable asociado a un partido de fútbol, hoy el negocio en las canchas en Uruguay es mayormente microtráfico de marihuana y pasta base, operado por células pequeñas de barrabravas que trabajan para sí mismos o para narcos locales. No hay reportes de un cartel nacional de control, pero sí una penetración creciente del narcotráfico informal en el mundo del fútbol.
Por Fernando Vaccotti
Por su parte, la Policía resumió en un informe lo que sucedió antes y durante el partido entre Peñarol y Cerro en el Campeón del Siglo. El partido fue suspendido en el segundo tiempo por los incidentes. (Diario El Observador)
La Dirección General de Seguridad en el Deporte del Ministerio del Interior resumió en un informe lo que sucedió antes y durante el partido entre Peñarol y Cerro el domingo en el estadio Campeón del Siglo, y que derivó en la suspensión del encuentro cuando ya se jugaba el segundo tiempo.

Peñarol ganaba 3 a 1 cuando el encuentro fue suspendido por los graves incidentes.
El informe, al que accedió Subrayado, comienza con lo sucedido antes del partido, cuando los hinchas de Cerro llegaban al estadio.
“Aproximadamente a las 17:00 horas, cuando comenzaban a llegar al estadio los seguidores del Club Atlético Cerro, fueron recibidos de manera agresiva y violenta por un grupo de parciales del Club Atlético Peñarol”, dice el informe, y agrega: “Debido a la magnitud de los disturbios, las fuerzas policiales se vieron en la necesidad de intervenir, utilizando los medios de disuasión apropiados para hacer frente a los ataques y controlar la situación de acuerdo con los protocolos establecidos”.
“Una vez controlada la situación y habiéndose permitido el ingreso parcial de la hinchada de C.A. Cerro al estadio (a través de la Puerta visitante ‘A’), se registran los resultados derivados de los incidentes provocados. Por un lado, el personal de la Guardia República detuvo a dos personas, parcialidad de C.A. Cerro, quienes resultaron lesionadas como consecuencia de su participación en los disturbios”, detalla el informe de la Policía.
“Continuando con los registros, se constata que una puerta que permanecía bloqueada entre las las puertas “F” y “E”, fue manipulada por parciales de Peñarol, quienes ingresaron al recinto de manera irregular. Asimismo, se constatan daños en el tejido por parte de la parcialidad de Peñarol”, agrega el parte policial.
Durante el partido, primera suspensión y luego definitiva
De acuerdo al informe oficial, durante el partido “los incidentes se intensificaron, destacándose la parcialidad de Cerro, que lanzó piedras hacia los hinchas de Peñarol. Este acto provocó daños en los tejidos que delimitaban la tribuna y en los baños destinados para los aficionados de Cerro. Ante esta situación, el Jefe del Operativo se vio obligado a detener el partido minutos antes de concluir el primer tiempo”.
“Aproximadamente a los 30 minutos del segundo tiempo, se da por suspendido el encuentro deportivo debido a que los incidentes no cesaban. En primer lugar, se liberó a la parcialidad de Peñarol, para luego proceder con la liberación de la parcialidad de Cerro. Cabe destacar que durante este lapso también se registraron incidentes entre ambas parcialidades, que se lanzaron piedras mutuamente. Al retirarse la parcialidad de Cerro se constata el daño en los baños y la quema de dos puertas de uno de estos baños”, señala la Policía.
El informe da cuenta que tras todo lo sucedido “se trabaja con las cámaras de reconocimiento facial y se cuenta con registro fílmicos los cuales serán analizados en procura de identificar a los involucrados en los incidentes”.
A la hora 21:00 los efectivos dieron por finalizado el operativo.
Policía herido
El informe de la Dirección General de Seguridad en el Deporte del Ministerio del Interior da cuenta de un policía herido, integrante de la guardia a caballo, que “resultó lesionado en su pierna izquierda, luego de ser golpeado por un proyectil”.
“El objeto que impactó en su pierna fue una piedra, lanzada por un desconocido durante incidentes que se dieron en el ingreso de la puerta Cataldi por parciales de Peñarol. La piedra impactó de manera directa en la pierna izquierda del agente, provocándole una lesión al igual que a un equino”, dice el informe, y agrega que el efectivo “fue atendido de inmediato por personal médico del lugar, quien evaluó la gravedad de la lesión. Debido a la naturaleza de la herida, se determinó que el policía requería atención médica adicional. Posteriormente, fue trasladado al Hospital Policial para su evaluación y tratamiento especializado”.