Por Fernando Vaccotti

No es solo “el chofer”.
Es el primer anillo de protección.
Es quien sabe cuándo acelerar, cuándo frenar y, sobre todo, cuándo callar.
En contextos donde los riesgos para figuras públicas y privadas se multiplican, el conductor es mucho más que un transportista:
Es una pieza táctica de seguridad.
Es un custodio de la información.
Es un profesional que debe ser seleccionado con el mismo rigor que un escolta.
¿Por qué es clave elegir bien?
Maneja información confidencial (rutas, rutinas, horarios, nombres). Está en capacidad de detectar amenazas y actuar con rapidez. Debe tener entrenamiento en conducción defensiva y evasiva. Su perfil exige confianza, ética y estabilidad emocional.
Elegir mal puede costar caro. Elegir bien es una inversión en seguridad.
Este rol requiere formación continua, protocolos claros y pertenencia a un sistema de protección integral.
No es solo una función logística. Es una responsabilidad estratégica.
¿Tu organización lo tiene en cuenta?
#SeguridadEjecutiva #GestiónDeRiesgos #ConducciónTáctica #Confianza #ProtecciónVIP #Liderazgo #AltaDirección