Por Fernando Vaccotti
Más de tres años después del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el conflicto sigue vivo, mutando de forma constante y con un nivel de violencia que desafía las narrativas de desgaste o estancamiento.
Lo que algunos creyeron una guerra congelada, reaparece hoy con un rostro más oscuro y más híbrido. Desde nuestra actualización del 12 de junio de 2025, la ofensiva rusa ha repuntado, los ataques aéreos y de drones han alcanzado cifras récord, y las operaciones encubiertas –incluyendo asesinatos selectivos en pleno Moscú– marcan una fase de guerra psicológica y estratégica sin precedentes.
Tras meses de tensión máxima en Medio Oriente, donde Irán, Israel y los actores globales disputaron atención y recursos, la mirada de la comunidad internacional vuelve sobre esta guerra en Europa del Este que nunca se detuvo, pero que muchos prefirieron silenciar.
La guerra en Ucrania no solo persiste, evoluciona, se internaliza dentro de las propias fronteras rusas, y reordena los ejes de poder global.
Como en tantos escenarios abordados en nuestras publicaciones , la geografía es solo un punto de partida. El verdadero campo de batalla es la estabilidad del orden internacional y un Mundo Transformado a estas nuevas realidades y lógicas del poder. Y Ucrania hoy sigue siendo su epicentro.
Avance militar en tierra: ofensivas rusas y contraataques ucranianos
El frente norte ha recobrado protagonismo. Rusia concentra fuerzas en las regiones de Sumy y Kharkiv, logrando pequeñas ganancias territoriales, como la captura de Kostiantynivka, pero con enormes costos humanos.
Por su parte, Ucrania retomó el control de Andriivka (Donetsk) el 14 de junio, en una señal de capacidad defensiva aún intacta.
Mientras Rusia avanzó unos 216 km² en junio (una caída respecto a mayo), las líneas siguen relativamente estancadas, aunque con sangrientos intercambios diarios de fuego.
Drones, misiles y el cielo como campo de batalla
En junio, se registró el mayor uso de drones rusos en un solo mes desde 2022: más de 2.700 drones Shahed fueron lanzados contra territorio ucraniano.
El 6 de julio, un ataque masivo con más de 440 drones y 32 misiles golpeó la capital, Kyiv, dejando 15 civiles muertos y 156 heridos.
La infraestructura civil, incluidos hospitales infantiles, volvió a ser blanco de los bombardeos, mientras que la defensa aérea ucraniana enfrenta una presión constante que solo la llegada de nuevos sistemas Patriot logra contener parcialmente.
Armas químicas y violaciones del derecho internacional
Una serie de reportes provenientes de Ucrania, Alemania y Países Bajos denuncian el uso de gases tóxicos por parte de Rusia.
Más de 2.500 soldados ucranianos habrían sido afectados, y al menos tres fallecieron. El caso fue remitido a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), en lo que podría convertirse en una nueva línea roja cruzada por Moscú.
Asesinatos selectivos en el corazón del Kremlin
Uno de los hechos más impactantes de este período fue el asesinato del Teniente General Yaroslav Moskalik, viceministro del Estado Mayor ruso, el 25 de junio, en un suburbio de Moscú.
Un coche bomba lo mató cuando salía de su residencia.
El FSB acusó a la inteligencia ucraniana. La operación recuerda la muerte del Gral. Igor Kirillov (dic. 2024), también en circunstancias misteriosas.
El mensaje es claro: la guerra ya no respeta fronteras, y la vulnerabilidad ha llegado hasta la capital rusa.
La contraofensiva ucraniana dentro de Rusia
Desde principios de junio, Ucrania ha intensificado sus operaciones de sabotaje profundo:
- Operación Spiderweb (1 de junio): Ataque con 117 drones a bases aéreas rusas, destruyendo hasta 20 aeronaves estratégicas.
- Explosión en el Puente de Crimea (3 de junio): Sabotaje submarino atribuido a la inteligencia ucraniana, que forzó el cierre temporal de esta infraestructura clave.
Diplomacia, ayuda internacional y estrategia política
La política exterior de Ucrania ha girado hacia una «coalición de voluntarios» que incluye a Reino Unido, Polonia y países bálticos, con menor dependencia de la OTAN.
En EE.UU., Donald Trump desbloqueó ayuda militar que había sido retenida, en un inesperado giro diplomático. A su vez, Ucrania insiste en nuevas sanciones a los compradores de petróleo ruso.
Intercambios de prisioneros y pulseadas políticas
Más de 10.000 prisioneros ucranianos están en manos rusas. Una propuesta de disidentes rusos plantea una amnistía mutua como parte de un eventual proceso de paz.
Hasta ahora, el Kremlin ha mostrado una doble postura: intransigencia en el campo militar, pero señales ambiguas en lo político.
Rusia se rearma mientras pierde hombres
La industria bélica rusa creció un 17 % en mayo, con aumentos en producción de aeronaves, vehículos blindados y misiles.
Sin embargo, la cifra de bajas rusas desde enero ronda las 200.000, con un promedio diario de 1.200 a 1.400 soldados fuera de combate. Desde 2022, Rusia habría perdido más de 500.000 efectivos.
Reflexión final de este período
El conflicto ha entrado en una etapa cada vez más híbrida y peligrosa. El asesinato de un general en Moscú, el uso de presuntas armas químicas y los ataques sistemáticos con drones muestran, como lo venimos sosteniendo hace tiempo, que ya no hablamos solo de una guerra convencional.
Estamos ante una guerra globalizada, tecnológica, psicológica y, sobre todo, profundamente asimétrica. Las reglas del juego han cambiado nuevamente en este prolongado conflicto.
Nuestra visión estratègica de la geopolìtica nos hace pensar con mayor potencia que Latinoamérica y el mundo no pueden seguir mirando a Ucrania como un escenario lejano. Lo que allí se define impacta sobre el orden internacional, la seguridad energética, la soberanía y la legalidad internacional.
Apartado: aparente suicidio de un ex minitro ruso.
El caso de Roman Starovoit, exministro de Transporte despedido por Putin, no encaja directamente en los patrones de la ofensiva de operaciones de inteligencia ucraniana (drones, asesinatos selectivos de generales, ataques en suelo ruso). Los informes indican lo siguiente:
- Fue encontrado muerto con un disparo tras su despido por Putin, en lo que las autoridades califican de suicidio aparente.
- Estaba bajo sospecha en una substancial investigación por malversación de fondos públicos. Reuters señala fondos vinculados a defensas en la frontera con Ucrania .
- Otras muertes relacionadas con funcionarios de transporte ocurrieron casi simultáneamente, lo que añade un matiz siniestro, pero sin evidencia de intervención militar o de inteligencia.
¿Por qué algunos lo interpretan como parte del conflicto?
- Contexto de purgas internas: Rusia ha visto varias muertes sospechosas entre altos cargos desde 2022, en medio de la guerra.
- Ruptura abrupta tras fallas militares: La clausura de vuelos en aeropuertos rusos tras ataques ucranianos coincidió con su despido, lo que añade sospecha .
- Narrativa de “cadena de eco político”: Algunos interpretan que, al ser funcionario vinculado a errores militares (incursión ucraniana en Kursk), su muerte refuerza el clima de represión interna.
¿Entonces, se puede considerar parte del mismo fenómeno?
No de forma directa. No hay indicios de que Ucrania o inteligencia extranjera estuvieran involucradas.
Se trata más bien de un posible enlace indirecto con la guerra (malversación en defensa contra Ucrania). Más bien son muertes relacionadas con corrupción y responsabilidad interna, no un golpe estratégico militar.
Fernando Vaccotti 