Erik Prince y la Guerra desde las Sombras: Blackwater, Latinoamérica y el Reordenamiento del Poder militar privado al servicio de los gobiernos

Por Fernando Vaccotti

“El contratista no responde a banderas. Solo a contratos. Y en el nuevo mapa del crimen organizado y la seguridad continental, ya no hay líneas claras entre lo legal, lo legítimo y lo necesario.”

Cada tanto, el nombre de Erik Prince reaparece. Su figura, asociada históricamente a Blackwater y a la privatización de la guerra, vuelve a cobrar relevancia en el debate sobre seguridad continental en América Latina. En un contexto de reconfiguración política, amenazas híbridas y expansión del crimen organizado transnacional, su renovada presencia en países como El Salvador, Ecuador y Perú —y su explícito interés por Venezuela— exige una lectura estratégica de fondo.

El ministro de Defensa, Gian Carlo Loffredo, junto a Erik Prince, en un operativo del 5 de abril de 2025 en Esmeraldas.- Foto@DefensaEc

Hablar y escribir de Prince no es nuevo para mí. Desde el año 2004, cuando tuve la oportunidad de conocer de cerca a Blackwater en el terreno -en pleno Medio Oriente- y compartir tiempo con varios de sus soldados contratistas, he seguido con atención su evolución, su modelo operativo y su creciente influencia en los conflictos contemporáneos. También fui testigo del debate ético que desató su accionar, en particular tras operaciones controvertidas en las que murieron civiles en Irak. Aquellos hechos obligaron a la empresa a replegarse, reestructurarse y rediseñar sus objetivos, adaptándose a un mundo donde los conflictos armados y las decisiones políticas redibujan, día a día, el mapa de la seguridad global.

Hace muy poco, coincidí en el tiempo con su visita a Ecuador y reunión el presidente Noboa. Luego, estando fuera del país, lo he visto hace unos días reunido en Perú con las más altas autoridades del gobierno y analicé una entrevista en vivo. Prince sigue estando muy claro y manteniendo su perfil de empresario – combatiente que conoce los métodos para solucionar problemas tan actuales de nuestras sociedades vinculadas al crimen organizado quizás como nadie.

Prince se ha posicionado en los últimos años como un actor clave de la privatización de la guerra y la seguridad.

Hoy, Erik Prince representa mucho más que un contratista. Es un actor central en la geopolítica de la seguridad privada llevada a su máxima expresión: la de empresas privadas que actúan como verdaderos ejércitos, peleando guerras ajenas en función de contratos con Estados y corporaciones.

Este documento que presento a continuación se construye a partir de mis publicaciones previas, así como de análisis difundidos en El OJO, el programa A 2 Toques de Radio Fénix, conferencias dictadas en institutos académicos -tanto militares como civiles- y espacios como mi canal de YouTube, radio y podcasts. Su objetivo es ofrecer una visión integral del fenómeno Prince-Blackwater en América Latina, analizando sus implicancias geopolíticas, sociales, criminales y estratégicas en la región.

Trama : «El contratista»

En una sala de mando improvisada, en los márgenes de Quito, un operador extranjero observa los drones cruzar los cielos de Guayas. No es militar ni policía. No responde a ningún congreso, ni jura por ninguna bandera. Lleva un contrato, inmunidad legal y una misión clara: neutralizar “objetivos” definidos por otros, en otra lengua, en otra capital.

Este hombre no se llama Erik Prince. Pero trabaja para su red. Y no está solo.

Erik Dean Prince (nacido el 6 de junio de 1969 en Holland, Michigan, Estados Unidos) es heredero de una fortuna amasada en torno a un negocio de autopartes. Fue miembro de los Navy SEAL, la unidad de operaciones especiales de la Marina de Estados Unidos, hasta 1996.

En 1997 fundó su primera Empresa Militar y de Seguridad Privada: Blackwater USA, para satisfacer una nueva demanda de servicios mercenarios generada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos —también conocido como el Pentágono—, tras el fin de la Guerra Fría. El orden internacional de la Guerra Fría implicó una hipermilitarización estimulada por las hipótesis de conflicto entre los países pertenecientes a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y los del Pacto de Varsovia. Pero con el fin de la Guerra Fría, en 1989, el complejo industrial-militar buscó otras formas de canalizar sus intereses a través de la privatización de los conflictos armados. 

Blackwater: génesis y mutación de la guerra privatizada

Erik Prince es un exoficial de la Marina de EE.UU. (Navy SEAL), fundador de la controvertida empresa de seguridad Blackwater. Su figura ha estado asociada a operaciones militares encubiertas, zonas de guerra como Irak y Afganistán, y vínculos con sectores neoconservadores y de inteligencia estadounidenses.

Blackwater surgió tras los atentados del 11-S como parte del complejo militar-industrial que explotó bajo la “guerra contra el terrorismo”. No era solo una empresa de seguridad: fue el laboratorio del concepto de guerra tercerizada, donde la fuerza letal se convirtió en commodity.

Las Empresas Militares y de Seguridad Privadas (o PMSC, por sus siglas en inglés: Private Military and Security Companies) se volvieron fundamentales para evitar el escrutinio público. La Guerra contra el Terrorismo declarada por George W. Bush tras los atentados del 11 de septiembre del 2001 apuntalaron esta tendencia.

  • 2001-2008: auge en Irak, Afganistán y otras operaciones encubiertas.
  • 2007: la masacre de Nisour Square en Bagdad manchó su reputación global.
  • 2010 en adelante: rebranding, fusiones, nuevas compañías pantalla: Xe Services, Academi, Frontier Services Group.

Sus contactos políticos al más alto nivel lo llevaron a obtener voluminosos contratos bajo la adminiastración de Obama y la primera administración de Trump.

Pese al traspié en Irak, Erik Prince, sin embargo, nunca desapareció. Solo cambió de fachada. Fundó empresas en Hong Kong, asesoró a Emiratos Árabes Unidos, armó ejércitos en Somalia y Sudán del Sur, e incluso ofreció a la Casa Blanca su “alternativa privada” para Afganistán. Asimismo durante el primer año del conflicto Israel versus la resistencia iraní, ofreció un plan para terminar con la guerra de túneles.

Prince y su expansión latinoamericana: El regreso de la guerra tercerizada y su impacto en la seguridad regional.

En su retorno al sur, Prince no opera con tanques ni helicópteros. Su entrada es sutil: convenios opacos, operadores de campo, “asesorías”, contrataciones indirectas. Aprovecha tres grietas estratégicas:

  1. Estados en crisis de legitimidad con gobiernos que no pueden contener la violencia criminal (Ecuador, El Salvador); estructuras de seguridad debilitadas y penetradas; ciudadanía que demanda “mano dura” y soluciones rápidas.
  2. Debilitamiento del monopolio estatal de la fuerza , en donde las fuerzas públicas desbordadas recurren a apoyo externo; algunas funciones de inteligencia, vigilancia y uso de fuerza son subcontratadas.
  3. Simbiosis con intereses privados y transnacionales como la megaminería, petróleo, corredores estratégicos (Perú, Venezuela); protección de elites políticas y económicas; participación en zonas grises: control territorial, supresión de protestas, gestión de cárceles, vigilancia masiva.

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Trazabilidad continental de la red Prince

  • El Salvador (2023–2024): Se reportaron acuerdos confidenciales con actores vinculados al gobierno de Nayib Bukele para entrenamiento especializado, vigilancia de fronteras y desarrollo de capacidades «anti maras». Aunque no confirmados oficialmente, diversas fuentes OSINT y filtraciones revelan vínculos con estructuras de inteligencia privadas.
  • Ecuador (2024 – 2025): En plena crisis de seguridad y con el país declarado en “conflicto armado interno” por el presidente Daniel Noboa, se abrieron canales informales para la contratación de personal extranjero y consultores de seguridad. Entre ellos, varias firmas ligadas a antiguos ejecutivos de Blackwater figuran en el radar.
  • Perú (2025): En el contexto del fortalecimiento de su aparato represivo frente a protestas sociales, el gobierno de Dina Boluarte habría explorado, según medios locales, vínculos con empresas de seguridad estadounidenses para fortalecer la «seguridad presidencial» y operaciones en zonas de minería ilegal.

Ecuador

El 18 de julio del 2025 Erik Prince llegó al Ecuador para iniciar su trabajo como contratista de seguridad para el gobierno de Daniel Noboa (EFE, 2025).

En marzo, durante su primera visita al Ecuador, el presidente Noboa habló de una “alianza estratégica” con Prince para enfrentar al “narcoterrorismo” (Primicias, 2025). Luego, como parte de la campaña electoral, Prince participó en dos operativos antidelincuenciales en el suburbio de Guayaquil, junto a los ministros de Defensa y del Interior, reforzando la idea de que su trabajo como asesor de seguridad ya estaba en marcha (Verdezoto, 2025).

El presidente Daniel Noboa se reunió este 11 de marzo de 2025 con Erik Prince, fundador de la empresa de seguridad Blackwater. Frente a Prince están el ministro de Defensa de Ecuador, el ministro del Interior y el director del Centro de Inteligencia Estratégica Foto: Presidencia de la República.

Erik Prince y su red no son una excentricidad, más bien son el síntoma de un continente que privatiza la guerra mientras pierde el control sobre sus territorios, poblaciones y futuro intentando librar la última batalla contra la captación del estado.

Pero no fue cierto. Su contratación solo fue posible tras la aprobación de la nueva Ley Orgánica de Inteligencia que entró en vigor el 14 de julio. Esta ley permite el uso discrecional de “fondos especiales” para pagar a especuladores de la guerra como Prince, sin rendirle cuentas a nadie.

Interés estratégico en Venezuela

Prince ha manifestado históricamente su interés en Venezuela, incluso proponiendo públicamente en 2019 la contratación de 5.000 mercenarios para “liberar” al país del chavismo, según reveló Reuters. Aunque tal operación fue descartada por el propio gobierno de Donald Trump, fuentes diplomáticas revelan que estructuras asociadas a Prince siguen operando en el monitoreo y análisis de movimientos militares y políticos venezolanos, particularmente en regiones fronterizas con Colombia y Brasil.

Entendiendo al fenómeno Prince y sus tentáculos invisibles

Para operar, estas firmas no llegan solas: se asocian con empresas locales pantalla, exmilitares, lobistas, fundaciones “de seguridad” y partidos políticos con fuerte discurso securitista.

Prince no es solo seguridad privada, más bien representa una estrategia geopolítica y económica con respaldo político y financiero desde EE.UU., Hong Kong y el Golfo.

No enfrenta necesariamente al narco y en ocasiones, actúan en los mismos territorios sin entrar en conflicto, favoreciendo el status quo.Intenta modificar el equilibrio regional al romper acuerdos de seguridad colectiva, debilitando marcos normativos y generando una peligrosa dependencia.

Cuenta también con protección política desde sectores del Departamento de Estado, congresistas del Partido Republicano, y algunos think tanks como Hudson Institute o The Heritage Foundation.

Representa Prince una oportunidad para el crimen organizado ? El crimen organizado internacional muta para adaptarse. No siempre combate a estos nuevos actores: los infiltra, negocia o se camufla detrás de ellos. Las zonas grises se expanden.

Conclusiónes : un continente entre el contratista y el narcoestado,¿hacia un nuevo paradigma de seguridad continental?

La reaparición de Erik Prince y sus redes empresariales en América Latina no puede leerse como un fenómeno aislado. Forma parte de un proceso mayor de privatización del control social, alineado con intereses geopolíticos de actores externos, y también con nuevas formas de gobernanza autoritaria que emergen en varios países de la región.

América Latina enfrenta un dilema estratégico: ante el colapso institucional, el vacío no lo ocupa el Estado, sino dos fuerzas paralelas: el crimen organizado transnacional y los contratistas globales de seguridad.

Fuentes :

  • Vaccotti, F. (2023-2025). Programas «El Ojo», «A 2 Toques», «La Hora Global» ,episodios sobre Blackwater y privatización de la guerra [YouTube / Spotify].
  • F. Vaccotti, “Un Mundo Transformado” (2024)
  • Podcasts y emisiones radiales en AM Uruguay y La Onda Digital (2024-2025).
  • Farah, D. (2023). La tercera ola del crimen organizado transnacional.
  • Ordóñez, C. (2024). Ecuador en guerra.
  • Reuters (2019). “Erik Prince pitches plan to privatize Venezuela operation.”
  • The Intercept (2020). “The Return of Erik Prince.”
  • InSight Crime (2023-2025). Reportes sobre presencia de contratistas en Ecuador y El Salvador.
  • El Faro, La República, El Comercio, Semana, El País (Uruguay).
  • Artículos en http://www.vaccottifer.com

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Autor: Fernando Vaccotti

Former Field Security Officer OIM AMCA Venezuela. Consultor Privado en FV Consulting. Experto en Seguridad Internacional. Security Consulting Services & Solutions. Consultor Experto en Seguridad WFP (Programa Mundial de Alimentos ONU). Field Security Officer en OIM ONU -Migración. Soluciones en Seguridad Multidimensional. Pensando soluciones fuera de la caja. Out of box thinking.

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