Crimen organizado y bandas Criminales en Uruguay: Una conferencia histórica, mapa actual, estructuras y liderazgos

Por Fernando Vaccotti

Antiguamente, Uruguay era considerado uno de los países más seguros de la región. Enfrentado en la última década a un proceso sostenido de complejización del crimen organizado, la sociedad ha visto al fenómeno evolucionar desde pequeños clanes familiares dedicados al narcomenudeo hasta redes transnacionales con capacidad logística para operar cargamentos de varias toneladas de droga hacia Europa y África. El nuevo escenario de la violencia urbana parece ser muy complicado y las soluciones no deben esperar.

Hace una semana se llevó a cabo un evento sobre crimen organizado en Montevideo liderado por el canal de streaming Yunta.uy y encabezado por el periodista Gabriel Pereyra. Los oradores que expusieron sus visiones fueron muy claros en establecer algunas realidades a las que está expuesta la sociedad.

«¿De qué estamos hablando? Esto no es un tema conceptual ni es una disquisición de académico. Esto tiene que ver con definir bien al crimen organizado y su envergadura, vamos a ver aspectos muy parciales que intentamos domar o intentamos, más o menos, convertirlo en algo que sea de alguna manera convivible. Nos referimos a las distintas formas de criminalidad organizada. Por eso, en la definición, y esto va ínsito, primero, es un emprendimiento económico. Hay muchas cuestiones criminales, pero el objetivo fundamental es la obtención de rentabilidad. Es algo muy anclado dentro del marco de lo que es el sistema capitalista. Es llevado a cabo por grupos, y cuando decimos grupos estructurados, puede ser una banda en un barrio, un clan familiar en un barrio y puede ser una organización transnacional. Para el caso es lo mismo, son grupos que tienen algún grado de estructuración.» (Marcelo Sain)

«El Doble Pacto “Con consentimiento estatal” . Sain, exministro de Seguridad de Santa Fe en una de las partes más interesantes de su intervención se expresó sobre la existencia de un ´doble pacto´ de acuerdos implícitos: «uno entre gobiernos, políticos y policías, en el que se delega el control de las poblaciones y el ´manejo de la ilegalidad´ a las fuerzas de seguridad a cambio de una gobernabilidad tranquila, y otro entre la policía y el mundo criminal, a cambio de no tener ruido”.

Benjamin Lessing, politólogo estadounidense radicado en Rio de Janeiro, fue otro de los expositores. Promotor de un pensamiento o teorema que se conoce por su nombre propio y del que hemos escrito y hablado bastante en nuestros medios, explicó de primera mano por qué no se pueden combatir por parte de los Estados, tres delitos a la vez, por ejemplo corrupción, narcotráfico y violencia. Asimismo, mostró gráficos y analizó la manera en que distintos países respondieron al crecimiento de las economías criminales.

Lessing ha presentado investigaciones en México, Colombia, y Brasil, y mostró cómo los intentos de guerra frontal contra el narco, como los del presidente Felipe Calderón, generaron un aumento drástico de la violencia. En cambio, organizaciones como el PCC (Primer Comando de la Capital) –la mayor organización criminal en Brasil- lograron imponer una suerte de códigos de manejo internos, como por ejemplo la prohibición de homicidios no autorizados por ellos, que contribuyeron a una reducción significativa de la violencia en ciudades como San Pablo. Lessing también habló del concepto de “periferias urbanas gobernadas” durante décadas por el crimen organizado con “amplios recursos” por tener acceso a rentas que deja el narcotráfico, que eliminan casi el hurto y la “violencia común”, y planteó que si el Estado los eliminara, tendría que poner sus propios recursos para cubrir ese hueco fiscal.

En una sorprendente parte de su alocución, expresó que una estimación del Latinobarómetro -una encuesta regional de opinión pública- calculó en 2020 que entre 77 y 100 millones de personas en Latinoamérica viven bajo alguna forma de gobernanza criminal. En Uruguay, un 6% de los encuestados declaró que hay grupos que controlaban el delito en su barrio, lo que equivale a entre 200.000 y 300.000 personas.

El orador final fue el reconocido politólogo uruguayo Juan Pablo Luna. Expresó que Uruguay exhibe una dualidad marcada por un lado, por una democracia sólida, con partidos políticos arraigados y un Estado presente; por otro, arrastra décadas de pobreza cronificada, decir que la pobreza no es circunstancial o pasajera, deserción escolar y un punitivismo ineficaz que concentra la población carcelaria en los estratos más pobres, con altísimas tasas de reincidencia. Este contexto -según el análisis- permitió que el país evitara, en parte, un desarrollo criminal mayor por lo calificó como una “ventaja del atraso”, es decir presos con escaso capital cognitivo y una organización carcelaria limitada.

Sin embargo, esta realidad está cambiando. El ingreso de referentes del PCC al sistema penitenciario y el incipiente reclutamiento de hijos de presos en los barrios para financiar a los internos muestran un know how delictivo en crecimiento. Parte de la reciente “pacificación” de las cárceles se habría logrado cediendo la gestión interna a los propios reclusos.

La advertencia es clara, el crimen organizado no es ajeno ni evitable; el desafío está en impedir que penetre sectores judiciales, policiales, políticos o el propio sistema financiero. Debe existir una línea infranqueable marcada por tolerar cierta informalidad económica, pero no el lavado del narcotráfico en emprendimientos legítimos.

Finalmente, según Luna, la respuesta estatal sigue anclada en un paradigma de hace 40 años, con policías sin especialización en crimen organizado, sin capacidades en ciberseguridad y con operadores judiciales atrapados en formalismos, lo que deja al país mal preparado para el escenario criminal que se avecina.

Este panorama presentado en la conferencia nos motivó a preparar un mapa de la delincuencia en el país y las bandas criminales, tema de dos libros que estamos por lanzar en breve impresos pero que ya se pueden conseguir en internet en versión Kindle.

Este documento sintetiza, con base en información del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior, fuentes OSINT y prensa nacional y departamental, más el propio análisis que surge de la observación diaria, un mapa actualizado de las principales bandas criminales uruguayas: su estado actual, áreas de operaciones, estatus de sus líderes y vínculos internacionales.

Incluye además el caso paradigmático de la banda llamada Los Chingas, ejemplo de ascenso y desarticulación de un clan territorial.

Contexto General y Tendencias

Focos de violencia: Cerro Norte–Cerro, Peñarol–40 Semanas, Marconi–Casavalle, Villa Española y la frontera norte (Rivera–Artigas–Chuy). Conexiones internacionales: Infiltración de facciones brasileñas como PCC, Bala na Cara y Os Manos, así como nexos con brokers de alto nivel (caso Sebastián Marset). Evolución criminal: Paso de economías ilegales locales a estructuras híbridas que combinan narcomenudeo, logística de exportación y lavado de activos.

Bandas y Clanes Activos por Región

Cerro Norte – Cerro (Montevideo)

Los Albín Familia Fernández Albín. Operativa: narcomenudeo y exportación marítima (vínculos con incautación de >2 toneladas de cocaína en Punta Espinillo, ago-2025). Status líderes: Diego Martín Fernández Albín formalizado (oct-2024); otro cabecilla condenado en 2025.

Los Suárez. Operativa: distribución de pasta base y cocaína. Status líder: Sandra “Loly” Suárez formalizada con prisión preventiva (oct-2024).

Los Colorados Operativa: control territorial, enfrentamientos armados, apoyo de traficantes brasileños. Status: activa con detenciones parciales.

Cerro Norte
Cerro Norte

Peñarol / “40 Semanas” (Montevideo)

40 semanas

Clan Segales (históricos rivales de Algorta/Delfino). Operativa: control de bocas y violencia letal. Status líder: Mauro Segales condenado a 22 años de prisión (abr-2024); estructura debilitada pero con rezagos activos.

Marconi – Casavalle (Montevideo)

Barrio Marconi

Bandas locales fragmentadas Situación: homicidios cíclicos y retaliaciones; ausencia de una sola marca dominante. Status: actividad persistente y altamente violenta.

Villa Española (Montevideo)

Villa Española
Villa Española

Grupos barriales en conflicto Situación: vendettas, amenazas a vecinos y control de bocas. Status: activa, con intervenciones policiales periódicas.

Frontera Norte y Este (Rivera–Artigas–Chuy)

Facciones brasileñas y células locales Operativa: tráfico mayorista de cocaína y marihuana prensada, rutas de tránsito internacional. Status: PCC, Bala na Cara y Os Manos con presencia confirmada; operativos y condenas recientes.

Frontera Norte

Maldonado – San Carlos

Clanes locales (Correa “Buñuelo”, “El Dany” Larrechart, “El Kane” Pérez) Operativa: narcomenudeo y control territorial en barrios como Las Ranas y Asturias. Status: líderes presos; en 2025 Operación “Pabellón XIII” condenó a 8 integrantes.

Red internacional vinculada a Sebastián Marset

Operativa: coordinación de cargamentos masivos (16+ toneladas incautadas en Europa según EE. UU.). Status: Marset prófugo; recompensa internacional de US$ 2 millones; su tesorero uruguayo Federico Santoro condenado en EE. UU. (jul-2025).

Caso de Estudio: Los Chingas (Casavalle)

Casavalle
Mónica Sosa, lìder de Los Chingas

Origen

Surgidos en “Los Palomares” de Casavalle, dominaron el barrio mediante control territorial, usurpaciones y narcomenudeo. Liderazgo centralizado en Mónica “La Gorda” Sosa, con fuerte impronta familiar.

Consolidación

Estructura de tipo clan familiar, combinando violencia letal, extorsión y control social sobre vecinos y comercios. Uso del “peaje” y amenazas como mecanismo de poder.

Operativo Mirador (2018–2019)

Este operativo ordenando por el Ministerio del interior más acciones del MIDES marcó el final del dominio de esta banda en Casavalle. Se trató de una acción combinada de policía, justicia y políticas sociales. Más de 50 integrantes condenados por múltiples delitos. Demolición de viviendas tomadas y reasentamiento de varias familias expulsadas.

Operativo Mirador
Operativo Mirador

El Declive

Encarcelamiento de Mónica Sosa (liberada en 2019 con bajo perfil posterior). Condena a Jairo Sosa (8 años y medio en 2020). Asesinato de un hijo de Mónica en doble homicidio (mar-2022). Fragmentación y pérdida de cohesión; hoy se considera una banda desarticulada, aunque algunos exintegrantes operan en redes menores.

Análisis Estratégico

Actualmente hablamos de estructuras híbridas, muchas bandas combinan narcomenudeo con logística de exportación y vínculos internacionales. La desarticulación efectiva requiere continuidad pues sin ocupación territorial sostenida, el vacío puede ser llenado por nuevos actores como sucede habitualmente. También existe el fenómeno de la influencia extranjera creciente como la presencia de bandas brasileñas y brokers internacionales que ya operan en el ecosistema criminal uruguayo.

Clanes familiares vs. redes flexibles. Mientras los primeros dependen de liderazgo centralizado (caso Los Chingas), las segundas pueden adaptarse más rápido a cambios y golpes policiales.

Algunas Conclusiones actuales sobre el tema de las bandas

El panorama criminal uruguayo en 2025 es fragmentado pero con nodos de alta peligrosidad. Si bien algunos clanes históricos como Los Chingas han sido neutralizados, otros mantienen capacidad de regeneración. El país enfrenta un doble desafío que se trata de contener la violencia local y prevenir la consolidación de rutas internacionales operadas desde territorio nacional.

El seguimiento y la acción coordinada entre policía, justicia, inteligencia financiera y cooperación internacional son esenciales para impedir que nuevas estructuras ocupen los espacios dejados por los clanes caídos.

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Autor: Fernando Vaccotti

Former Field Security Officer OIM AMCA Venezuela. Consultor Privado en FV Consulting. Experto en Seguridad Internacional. Security Consulting Services & Solutions. Consultor Experto en Seguridad WFP (Programa Mundial de Alimentos ONU). Field Security Officer en OIM ONU -Migración. Soluciones en Seguridad Multidimensional. Pensando soluciones fuera de la caja. Out of box thinking.

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