Por Fernando Vaccotti

Dejemos claro algo: la Venezuela de septiembre de 2025 no es un país normal sitiado por un poder extranjero, si no que es un Estado criminal cercado por otra potencia que lo define como cartel. Esa diferencia es clave para entender los escenarios que se abren.
Es una actualización del análisis presentado recientemente y que figura también en este documento.
Escenario A.
El cerco prolongado, un bloqueo que no desemboca en invasión, pero que mantiene a la nación en una asfixia interminable. La criminalidad se adapta, el oro sigue saliendo por Guyana, la cocaína por el Caribe y el pueblo paga el precio. El chavismo sobrevive como mafia atrincherada, sostenida por Moscú, Pekín y Teherán.
Escenario B.
La escalada controlada. Basta un incidente en aguas disputadas o un choque con Guyana para que Washington muestre músculo: interceptaciones navales, ataques de precisión, operaciones de inteligencia. Sin marines desembarcando en Caracas, pero con Maduro convertido en rehén de cada movimiento. En paralelo, el Tren de Aragua y los colectivos actúan como proxies, llevando el conflicto a otras capitales latinoamericanas.
Escenario C.
El colapso interno. La presión combinada de sanciones, crisis económica y cerco militar abre grietas en las Fuerzas Armadas Bolivarianas. Una facción se levanta, otra negocia, otra se vende al mejor postor. El riesgo es un vacío de poder donde crimen organizado y viejas lealtades se disputan el botín de un país devastado.
Escenario D.
La resistencia híbrida. Esto es, el chavismo se convierte de lleno en guerrilla con Estado, apoyado por milicias, bandas criminales y socios externos como Hezbollah o disidencias de las FARC y el ELN.
Venezuela pasaría de ser una dictadura con fachada estatal a un narco–santuario insurgente con capacidad de exportar violencia regional.
Escenario E.
La contención diplomática. Brasil, la Unión Europea o la ONU median para evitar un choque mayor. Se ensayan elecciones vigiladas, alivios parciales de sanciones, y una salida pactada que no es transición real, sino congelamiento del desastre.
Sea cual sea la deriva, el denominador común es uno: Venezuela está en el borde de un punto de quiebre. El régimen ya no controla el tiempo, apenas compra semanas. El cerco naval no es una maniobra más, sino el símbolo de que la comunidad internacional comienza a tratar al chavismo no como gobierno, sino como lo que es: una organización criminal con bandera y butaca en Naciones Unidas.
La pregunta no es si habrá cambio, sino qué precio pagará la región cuando caiga este edificio corroído. Y en ese precio, el Caribe, Guyana y toda Sudamérica tienen ya la factura en la mesa.
Referencias
- FMI. World Economic Outlook: Latin America Outlook 2025. Washington, D.C.: IMF, 2025.
- U.S. Southern Command. “Statement on Maritime Operations in the Caribbean.” Miami: DoD, agosto 2025.
- InsightCrime. “El Tren de Aragua: radiografía de una megabanda transnacional.” Informe especial, junio 2025.
- International Crisis Group. Venezuela: The Military and the Collapse Scenario. Brussels, 2025.
- Levitt, Matthew. Hezbollah: The Global Footprint of Lebanon’s Party of God. Georgetown University Press, 2023 (actualizaciones OSINT 2025).
- Consejo de Seguridad de la ONU. “Briefing on the Situation in Venezuela.” Nueva York, julio 2025.
- Farah, Douglas. “The Third Wave of Transnational Organized Crime.” Wilson Center Report, 2024.