Por Fernando Vaccotti
El último mes confirmó que el Caribe se transformó en escenario geopolítico de primer orden. El despliegue naval estadounidense, las operaciones antidroga con fuego real y la escalada de advertencias desde Caracas y sus aliados (Cuba, China, Rusia) dibujan un cuadro de máxima tensión. Venezuela, a su vez, superó el millón de barriles diarios de producción petrolera, lo que abre la puerta a un juego ambiguo entre sanciones, licencias puntuales y oxígeno financiero.
En este marco, propongo tres escenarios actualizados para interpretar la coyuntura y lo que viene.
Escenario 1: Disuasión coercitiva sostenida (status quo in bellum tenso)
Probabilidad alta (6–8 semanas). EE. UU. mantiene su presencia naval reforzada en el Caribe y refuerza interdicciones contra embarcaciones vinculadas al narcotráfico. Caracas responde con movilización miliciana y narrativa de resistencia.
Riesgo central: un choque accidental en el mar o el aire que desate escalada inmediata. Señales tempranas: más patrullajes, abordajes, ejercicios cívico-militares internos y nuevas sanciones financieras.
Escenario 2: “Golpe corto” y escalada limitada
Probabilidad baja-media. EE. UU. o aliados lanzan acciones cinéticas puntuales contra activos del narco-Estado tipo lanchas rápidas, depósitos, pistas clandestinas o incluso una zona de exclusión marítima. Maduro responde declarando emergencia nacional y apelando a Moscú, Pekín y La Habana para aumentar la presión diplomática.
Riesgo central: derrame del conflicto hacia Guyana y el Essequibo, o incidentes que afecten la libertad de navegación.
Señales tempranas: reglas de enfrentamiento notificadas, refuerzos aéreos, nuevas sanciones a PDVSA y advertencias públicas de Washington.
Escenario 3: Descompresión condicionada (sanciones, petróleo y DD. HH.)
Probabilidad media a 3–4 meses. Avanza un trueque pragmático, alivios puntuales en licencias energéticas a cambio de liberaciones políticas, gestos humanitarios y cierta moderación con Guyana.
Riesgo central: el régimen utiliza oxígeno económico sin hacer concesiones reales.
Señales tempranas: nuevas licencias OFAC específicas, liberación de presos, discursos de CARICOM y la OEA llamando a bajar la tensión.
Notas rápidas (lectura de tablero)
- EE. UU. despliega su mayor fuerza naval en el Caribe desde 1994.
- Acciones antidroga con fuego real marcan un salto cualitativo en la estrategia.
- Maduro amenaza con estado de emergencia y movilización de milicias.
. China y Cuba objetan públicamente la postura estadounidense.
. Producción petrolera venezolana supera el millón de barriles diarios, clave para la negociación de sanciones.
Conclusión
El conflicto no es lineal. En simultáneo se juega en tres frentes: la presión militar y disuasiva, el riesgo de una acción limitada de castigo, y el canal ambiguo del petróleo y las sanciones.
Lo que ocurra en las próximas semanas dependerá de la capacidad de Washington de sostener la presión sin caer en un error de cálculo, y de la habilidad del régimen para sobrevivir en medio de un cerco geopolítico que ya no admite lecturas complacientes.