Sombras del litio y lluvia de cocaína: el viejo feudo en el nuevo mapa criminal de Santiago del Estero

Por Fernando Vaccotti

El comienzo

(Una trama novelada) La luna no fue testigo, la noche en la ruta 34 no perdona.
Un camión avanza a paso de reloj, cubierto por la oscuridad como quien cubre un rostro conocido. En la cabina, un hombre curtido por años de silencio mira el volante y piensa en otra cosecha, no de algodón ni de soja, sino de papayas con nombre de fantasma. Bajo la fruta, un contrabando de polvo blanco que no entiende de fronteras, pero sí de rutas y favores.

Al amanecer, los diarios hablarán de “incautación”. En las esquinas, los mismos nombres de siempre comentarán que todo seguirá igual. Nadie mencionará las pistas clandestinas que no figuran en ningún mapa ni los depósitos en manos de empresas recién creadas. Porque en Santiago del Estero -una provincia olvidada por la prensa nacional- el poder real tiene apellido, controla jueces, maneja contratistas y premia el silencio.
Y cuando el litio llegó al tablero global, ese mismo poder descubrió un nuevo filón: la alquimia entre política, minería, narcotráfico y feudo.


Santiago del Estero como un epicentro invisible

El informe del analista Douglas Farah (IBI Consultants, 2022) definió a Santiago del Estero como “un centro de convergencia criminal, donde se cruzan redes de corrupción, narcotráfico y captura institucional”.
Según Farah, la provincia -atravesada por la Ruta Nacional 34, eje del tráfico entre Bolivia, Argentina y los puertos del Paraná- ofrece una plataforma logística ideal: geografía plana, baja densidad poblacional, radares intermitentes y un sistema político que concentra poder en pocas manos.

Desde 2017, varios casos ilustran el fenómeno:

  • Los Pirpintos (2017): una avioneta “bombardeó” más de dos toneladas de cocaína sobre campo abierto. Fue el mayor hallazgo de la historia provincial.
  • 2020: la Justicia Federal ratificó condenas por aquel operativo, confirmando la existencia de redes aéreas con origen en Bolivia.
  • 2025: operativos en la RN-34 y RN-16 revelaron nuevas rutas y métodos -43 kilos de cocaína escondidos en tableros de vehículos, y hasta un médico comandante de Gendarmería detenido con seis kilos-.

Farah lo resumió así: “Santiago del Estero funciona como un portaviones para el narcotráfico. No sólo es tránsito, es convergencia.”


Los señores feudales

El poder político local tiene continuidad:

  • Carlos Juárez y Mercedes Aragonés (hasta 2004) crearon un sistema clientelar que sobrevivió décadas.
  • La intervención federal (2004–2005) apenas limpió las formas, pero no la estructura.
  • Desde 2005, el Frente Cívico por Santiago, liderado por Gerardo Zamora y su esposa Claudia Ledesma Abdala, mantiene el control político, mediático y judicial casi absoluto.

En 2022, el informe de IBI y notas de Cuarto Poder Salta mencionaron al gobierno provincial como un “nodo de convergencia de redes criminales”. Otros medios —como VisionSantiago y Realpolitik— denunciaron licitaciones dirigidas a favor de la empresa StilNovo Equipamiento, que habría concentrado miles de millones en contratos públicos, mientras competidores eran descalificados bajo pretextos formales.
El modelo es conocido: captura institucional, control mediático, concentración de adjudicaciones, y uso político de la obra pública como herramienta de legitimación y, posiblemente, de lavado.


El nuevo oro blanco: litio y crimen organizado

Aunque Santiago del Estero no posee salares como Jujuy o Catamarca, se ubica en el circuito logístico del Triángulo del Litio. Empresas chinas —como CATL y CBC, asociadas a Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB)— buscan expandir su huella en la región, y Argentina se vuelve clave por su marco laxo de control.

En paralelo, se observa:

  • Expansión de obras e infraestructura (parques industriales, carreteras, centros logísticos) que pueden funcionar como pantallas para capitales de origen dudoso.
  • Subcontratación local a empresas vinculadas al poder político provincial.
  • Convergencia con el narcotráfico boliviano, que utiliza las mismas rutas terrestres y aéreas para mover carga ilícita y, potencialmente, minerales de alto valor.

Así, la economía del litio y la del narcotráfico pueden compartir corredores, transportistas y operadores financieros.
En lenguaje de inteligencia, hablamos de una “intersección de economías ilícitas”, donde las fronteras entre legalidad y crimen se diluyen.


Rutas y actores: un mapa del ecosistema

Rutas principales:

  • Aéreas clandestinas desde Bolivia → campos santiagueños (RN-16, RN-34).
  • Terrestres hacia Rosario, Buenos Aires, Uruguay y Brasil.
  • Fluviales mediante la Hidrovía Paraná-Paraguay.

Actores clave:

  • Grupos transnacionales: PCC (Brasil), redes bolivianas, intermediarios paraguayos.
  • Estructuras provinciales: poder político-judicial, empresarios contratistas.
  • Mercados conexos: trata de personas, deforestación, contrabando de vehículos, lavado vía obra pública y agroindustria.

Periodos de expansión criminal

Los datos disponibles permiten establecer tres fases históricas:

La mayor densidad de incautaciones, denuncias y reportes internacionales se concentra en 2017-2025, coincidiendo con la consolidación total del poder provincial y el ingreso de actores extranjeros.


Convergencia criminal y captura institucional

El crimen en Santiago del Estero no actúa al margen del Estado: se fusiona con él.
Esa es la esencia del modelo híbrido que describe Douglas Farah: convergencia entre estructuras delictivas y élites políticas locales, protegidas por un andamiaje institucional capturado.
Este patrón se replica en otras provincias latinoamericanas, pero en SDE se da con una particularidad: la impunidad provincial como política de Estado.


El poder detrás del polvo y del litio

Santiago del Estero es hoy un espejo de lo que ocurre en buena parte del continente:
una estructura política de apariencia democrática, sostenida por redes clientelares y alimentada por economías ilícitas que se adaptan al mercado global.

Ayer fue la cocaína, hoy, el litio.
Ambos blancos, ambos rentables, ambos custodiados por silencios oficiales.

En los próximos años, el desafío no será sólo interceptar cargamentos, sino romper la simbiosis entre poder político y economías criminales.

De lo contrario, el litio se convertirá en la nueva moneda del crimen organizado latinoamericano, y Santiago del Estero seguirá siendo el epicentro donde convergen todas las sombras.

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Autor: Fernando Vaccotti

Former Field Security Officer OIM AMCA Venezuela. Consultor Privado en FV Consulting. Experto en Seguridad Internacional. Security Consulting Services & Solutions. Consultor Experto en Seguridad WFP (Programa Mundial de Alimentos ONU). Field Security Officer en OIM ONU -Migración. Soluciones en Seguridad Multidimensional. Pensando soluciones fuera de la caja. Out of box thinking.

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