Por Fernando Vaccotti
Del nacimiento del movimiento islamista palestino a la expansión del eje Hezbollah-Irán en la geopolítica del terror contemporáneo
El rostro permanente de la violencia
Pocos nombres concentran tanto peso simbólico en el imaginario contemporáneo del terrorismo como Hamás. Su mera mención evoca atentados suicidas, lanzamientos de cohetes, escudos humanos y un ciclo interminable de muerte entre Gaza e Israel.
Pero más allá de las simplificaciones mediáticas, Hamás es una organización política, religiosa y militar que desde 1987 combina la prédica del islamismo radical con la práctica del terror estratégico.
Nació como un movimiento de resistencia, pero su evolución lo transformó en una entidad híbrida: gobierno, milicia y actor regional, pieza indispensable para comprender el tablero de poder en Medio Oriente.
De la Intifada al poder: el nacimiento de Hamás
Hamás -acrónimo árabe de Harakat al-Muqawama al-Islamiya (Movimiento de Resistencia Islámica)- fue fundado oficialmente en diciembre de 1987, durante la Primera Intifada, por el jeque Ahmed Yassin, un clérigo parapléjico formado en el entorno de la Hermandad Musulmana egipcia.
A diferencia de la OLP (secular y nacionalista), Hamás propuso una lucha religiosa total, en la que toda Palestina era “waqf”, un territorio sagrado que debía ser liberado mediante la yihad.
Su Carta fundacional de 1988 rechazaba expresamente el derecho de Israel a existir, y llamaba a construir un Estado islámico sobre las ruinas del “entidad sionista”.
Desde el inicio, Hamás comprendió que el control del territorio no bastaba: era necesario controlar el relato. Y en esa combinación entre prédica, asistencia social y violencia, encontró su fórmula de expansión.
La militarización: Brigadas Izz al-Din al-Qassam
En 1991, Hamás consolidó su ala armada, las Brigadas Izz al-Din al-Qassam, responsables de una larga lista de atentados suicidas, ataques con cohetes y secuestros.
Durante la Segunda Intifada (2000-2005), fueron las protagonistas de más de 400 ataques que dejaron casi 400 israelíes muertos.
Su objetivo no era solo causar daño, sino demostrar capacidad operativa y persistencia frente al poder militar israelí.


Estas brigadas son responsables de llevar a cabo operaciones militares y ataques contra objetivos israelíes. Su nombre proviene del líder palestino Izz ad-Din al-Qassam, quien fue un destacado líder en la resistencia contra el dominio británico en Palestina en la década de 1930.
Hamás, a diferencia de los viejos grupos palestinos, entendió el terror como una herramienta comunicacional, un lenguaje político que hablaba tanto a sus seguidores como a sus enemigos.
Gaza bajo Hamás, del campo de batalla al gobierno
En 2006, Hamás dio un salto histórico: ganó las elecciones legislativas palestinas.
Un año después, tras enfrentamientos sangrientos con Al–Fatah, tomó el control total de la Franja de Gaza, convirtiéndose en gobierno de facto.
Desde entonces ejerce una autoridad teocrático-militar, administrando servicios públicos, recaudando impuestos y controlando la vida cotidiana, al tiempo que mantiene una guerra intermitente con Israel.
Bajo su régimen, la Franja de Gaza se ha convertido en una prisión al aire libre, asfixiada por bloqueos, corrupción interna, pobreza extrema y sucesivos conflictos armados.
Organismos de derechos humanos acusan a Hamás de tortura, ejecuciones extrajudiciales y represión política, mientras usa infraestructura civil para esconder arsenales o túneles militares.

Actos de violencia y cuestionamientos de derechos humanos
- Hamás ha llevado a cabo numerosos ataques suicidas, lanzamiento de cohetes, morteros, infiltraciones, y asesinatos que han afectado tanto a soldados como a civiles israelíes. Por ejemplo, entre 2000 y 2004 se estima que mataron a casi 400 israelíes en 425 ataques.
- Uno de los episodios más graves fue el ataque del 7 de octubre de 2023, cuando Hamás llevó a cabo una operación masiva que resultó en más de mil docientos muertos israelíes y más de docientos de rehenes, desatando una guerra a gran escala que aún no se ha detenido del todo pese a los promocionados acuerdos de paz recientes.
- Además de la violencia contra enemigos externos, Hamás ha sido acusado de ejecuciones extrajudiciales, tortura y represión interna en Gaza: por ejemplo, contra presuntos “colaboradores” de Israel o rivales políticos.
Contexto internacional y designación terrorista


- Varios países y organizaciones han designado a Hamás como organización terrorista: EE.UU., la Unión Europea, Canadá, entre otros.
- Eso tiene implicaciones en sanciones financieras, bloqueos de apoyo y en cómo el conflicto es abordado diplomáticamente.
- También sufre de bloqueo económico en Gaza, tanto por parte de Israel como de Egipto, lo que agrava la situación humanitaria en la zona.
La proyección internacional y el caso latinoamericano
Aunque su acción directa se concentra en Medio Oriente, Hamás ha intentado ampliar su radio de influencia.
En los últimos años se detectaron complots frustrados en Europa (Alemania, Dinamarca, Países Bajos), donde células dormidas planeaban ataques contra objetivos judíos.
Fuera de esas zonas, no hay atentados exitosos comprobados fuera del eje Israel-Gaza-Cisjordania.
En Latinoamérica, la evidencia pública de presencia operativa de Hamás es limitada.
El único caso reciente fue la detención y deportación en Brasil (2024) de un individuo vinculado al movimiento.
Sin embargo, los servicios de inteligencia regionales mantienen alerta ante posibles vínculos logísticos o financieros en zonas de alta informalidad -como la Triple Frontera (Argentina-Brasil-Paraguay)– donde sí se sabe que actúa Hezbollah, aliado ideológico y estratégico de Irán.
En este punto, la comparación entre ambos grupos se vuelve inevitable.
Nota: Hamás y Hezbollah — semejanzas, diferencias y convergencias


| Aspecto | Hamás | Hezbollah |
|---|---|---|
| Año de fundación | 1987 (Gaza) | 1982 (Líbano) |
| Corriente religiosa | Sunismo (Hermandad Musulmana) | Chiismo duodecimano (inspirado en la Revolución Iraní) |
| Objetivo estratégico | Destrucción de Israel y creación de un Estado islámico palestino | Expulsar a Israel del Líbano, expandir la influencia iraní |
| Base territorial | Franja de Gaza | Sur del Líbano y suburbios de Beirut |
| Naturaleza política | Gobierno de facto no reconocido | Partido político legal e integrante del gobierno libanés |
| Apoyos externos | Irán, Qatar, Turquía | Irán (principal), Siria |
| Ala militar | Brigadas Izz al-Din al-Qassam | Consejo Militar y Guardia Islámica Libanesa |
| Escenario de acción | Palestina e Israel | Líbano, Siria, Yemen, África, América Latina |
| Designación internacional | Organización terrorista por EE.UU., UE, Reino Unido, Canadá | Idem (al menos en su totalidad por Occidente) |
Diferencias doctrinales
- Hamás es suní, vinculado a la Hermandad Musulmana.
- Hezbollah es chií, brazo directo de Teherán.
- Sus teologías difieren, pero sus enemigos son los mismos: Israel y Occidente.
Convergencia táctica
Ambos movimientos integran el “Eje de la Resistencia” patrocinado por Irán, comparten entrenamiento militar, financiamiento y coordinación política, y funcionan como dos cabezas de un mismo proyecto de poder en diferentes geografías.
Hezbollah representa la proyección global del chiismo iraní; Hamás, la adaptación suní local de esa lógica.

Bonus histórico: de Septiembre Negro a Hamás
Antes de Hamás, existió otro rostro de la violencia palestina: Septiembre Negro.
Nació en 1971 como brazo clandestino de Fatah (la facción de Yasser Arafat), tras la represión jordana de 1970.

Fue responsable del atentado de Múnich 1972, donde murieron 11 atletas israelíes.
Aunque no fue antecesor directo de Hamás, sí inspiró su dimensión propagandística y mediática del terror: demostrar al mundo que la causa palestina podía hacerse visible a través de la violencia.
De la revolución secular a la yihad religiosa, Hamás hereda el método, pero cambia la justificación: del nacionalismo al mandato divino.
La doble cara del terror
Hamás es una paradoja histórica: nació en nombre de la resistencia, pero gobierna mediante el miedo.
Su narrativa religiosa pretende redimir a Palestina, pero su praxis cotidiana ha condenado a millones de palestinos a la miseria, al bloqueo y al estancamiento político.
En el siglo XXI, el grupo ha evolucionado en táctica, comunicación y armamento, pero no en ética: el fin sigue siendo la aniquilación del otro.

Hamas combina objetivos políticos con una retórica religiosa radical, uso habitual de la violencia armada, ataques con víctimas civiles, gobierno autoritario en un territorio densamente poblado, y represión interna.
Este conjunto de factores provoca tanto sufrimiento interno (en Gaza) como externo (en Israel), y ha sido causa de múltiples ciclos de conflicto que resultan en muerte, destrucción y desplazamiento.
Asimismo, al asumir funciones de gobierno, las responsabilidades aumentan: no solo se trata de resistencia, sino de cómo su gestión afecta directamente vidas cotidianas de millones.
Comprender a Hamás -y su relación con Hezbollah- no es solo un ejercicio de análisis geopolítico: es leer la anatomía del fanatismo organizado, ese que combina fe, poder, dinero y sangre en un mismo discurso.
Recientemente, los periodistas en Qatar, especialmente los empleados de la cadena catarí Al-Jazeera, así como los miembros de la Unión Internacional de Académicos Musulmanes (IUMS), con sede en Doha, respaldada y financiada por Qatar y que actúa como una rama del régimen catarí que difunde la ideología islamista extremista antioccidental, continúan alabando y glorificando abiertamente a la organización terrorista Hamás y a sus líderes, autores del atentado terrorista del 7 de octubre de 2023 contra Israel.
Estas figuras presentan a los líderes de Hamás como modelos a seguir y emblemas de valentía, sacrificio y gloria, una postura que se corresponde con la postura política y mediática general de Qatar respecto a Hamás. Así, después de que Israel informara de la eliminación del portavoz militar de Hamás, Abu Obeida, y tras la publicación de un video de Hamás que glorifica el ataque del 7 de octubre e incluye nuevas imágenes de altos mandos de Hamás eliminados, periodistas y clérigos afiliados a Qatar difundieron numerosas publicaciones en las que elogiaban a Hamás y a sus líderes eliminados, incluyendo al portavoz Abu Obeida, al jefe de la oficina política de Hamás, Ismail Haniya, al líder del movimiento y artífice del ataque del 7 de octubre, Yahya Sinwar, al comandante del ala militar de Hamás, Mohammed Deif, y a su lugarteniente, Marwan Issa.
Los autores describieron a estos funcionarios de Hamás como «luminarias que iluminaron los cielos del honor», «determinaron el curso de la historia» y sacudieron la tierra bajo los pies de Israel, y como modelos a seguir para la joven generación de la nación islámica.
Al mismo tiempo, declararon que la eliminación de estas figuras de alto rango no terminaría con la resistencia palestina, que continuaría «hasta alcanzar la victoria o el martirio».
Fuentes consultadas y recomendadas
- Council on Foreign Relations (CFR): “What is Hamas?”
- The Cairo Review of Global Affairs: “Israel, Hamas and the Burdens of History”
- Encyclopaedia Britannica: “Hamas”
- RAND Corporation & Brookings Institution reports (2023–2025)
- Departamento de Estado de EE.UU. – Country Reports on Terrorism (2024)
- BBC, Al Jazeera, The Guardian, The Times of Israel
- Informes OSINT y documentos de la ONU sobre terrorismo y financiamiento ilícito

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