Uruguay: cuando el deterioro social deja de ser un aviso y se convierte en un proceso

Nota del autor y enfoque analitico

Este artículo integra análisis sociológico y criminológico con datos oficiales y reportes de organismos nacionales e internacionales, abordando la seguridad pública desde una perspectiva de seguridad humana, con foco en el territorio, la infancia y el deterioro institucional progresivo. Asimismo, se inscribe y dialoga necesariamente con una línea de investigación más amplia orientada al estudio, análisis y diseminación de las dinámicas contemporáneas del crimen organizado en la región, particularmente en el marco de la tercera y cuarta ola del crimen organizado, cuyos efectos ya no se limitan a economías ilícitas o violencia armada, sino que impactan de manera directa sobre la cohesión social, los servicios esenciales y las infancias.

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Durante décadas, Uruguay construyó una narrativa de excepcionalidad. Un país distinto en una región convulsionada. Un Estado presente, instituciones sólidas y una convivencia social relativamente estable. Ese relato hoy ya no alcanza para explicar la realidad. Y lo más preocupante es que el deterioro no aparece de golpe: se instala lentamente, se normaliza y se vuelve estructural.

Lo que ocurre en determinadas zonas de Montevideo – particularmente en el Oeste – no puede seguir leyéndose como una suma de episodios aislados, ni como una simple “crisis de seguridad”. Estamos frente a un proceso de degradación social y territorial que combina violencia, agotamiento institucional, retroceso del Estado y daño profundo sobre las infancias.

“Lo que hoy se observa con mayor nitidez en el Oeste de Montevideo anticipa dinámicas que ya comienzan a emerger, con distintas intensidades, en otros territorios del país.”

La violencia no empieza con el delito

Desde una perspectiva sociológica, uno de los errores más persistentes es reducir la violencia a estadísticas policiales. Como ha señalado de forma consistente Gabriel Tenenbaum, entre otros sociólogos, la violencia es ante todo un fenómeno territorial y relacional. Se expresa en cómo se vive un barrio, en el miedo cotidiano, en la pérdida de espacios comunes, en la fragilidad de los servicios públicos y en la ruptura progresiva del vínculo entre comunidad y Estado.

En el Oeste de Montevideo ese deterioro es visible, instituciones saturadas, personal exhausto, listas de espera interminables, familias que adaptan su vida al miedo y niños que crecen bajo estrés permanente. No se trata de ausencia total del Estado, sino de algo más peligroso: una presencia insuficiente, tardía y fragmentada. Y cuando el Estado llega tarde, el vacío nunca queda libre.

Cuando el delito deja de ser excepcional

Aquí dialoga con fuerza el enfoque de Marcelo Bergman, quien advierte que el punto de quiebre de una sociedad no es cuando el delito aumenta, sino cuando deja de ser una excepción y pasa a integrarse a la vida cotidiana.

Ese quiebre no siempre se mide en homicidios. Se mide en rutinas, en niños que ya no juegan en la calle, en familias que evitan salir de noche, en funcionarios que trabajan al límite, en comunidades que naturalizan la precariedad.

Uruguay no está capturado por el crimen organizado, pero sí está ingresando en una fase de convivencia forzada con la violencia, una etapa que en otros países de la región precedió escenarios mucho más graves.

El Oeste no es una excepción: es un síntoma

Tratar estos fenómenos como “problemas barriales” es un error de diagnóstico. El Oeste de Montevideo no es una anomalía: es un espacio adelantado del proceso. Allí se ven antes los efectos de decisiones políticas acumuladas, de omisiones sostenidas y de instituciones que ya no logran absorber la presión social.

Este patrón se repite en Latinoamérica con una regularidad inquietante, primero se degrada el primer nivel de atención (salud, educación, asistencia social), luego se fragmenta la comunidad, y finalmente, la violencia se normaliza como forma de convivencia.

Nada de esto ocurre de un día para otro. Ocurre mientras el resto del país mira hacia otro lado.

Infancias bajo estrés: la señal más grave

El indicador más alarmante de este proceso es el impacto sobre la infancia. Niños expuestos de manera prolongada al miedo, al encierro forzado, a la violencia cotidiana y a la falta de atención temprana no solo sufren hoy: quedan condicionados para toda su vida adulta.

Desde la sociología y la criminología comparada existe consenso en un punto central: cuando la violencia atraviesa la infancia de forma sostenida, el daño deja de ser individual y se vuelve generacional. Antes de los niños sicarios, antes de los jóvenes reclutados por bandas, existen infancias invisibles, marcadas por el abandono, el estrés crónico y la ausencia de futuro.

Este mismo patrón fue observado – con distintas escalas – en países hoy profundamente golpeados por el crimen organizado. La diferencia con Uruguay, por ahora, es de magnitud. La lógica es la misma.

Una advertencia a tiempo

Este no es un texto para instalar pánico ni para anunciar destinos inevitables. Es una advertencia. Los países que hoy padecen niveles extremos de violencia no despertaron un día “tomados” por el crimen organizado. Llegaron allí tras años de deterioro tolerado, relativizado o negado.

Uruguay aún está a tiempo. Pero ya no está a salvo por inercia.

Seguir negando estas señales, minimizar lo que ocurre en determinados territorios o tratarlo como un problema ajeno es repetir errores que otros ya pagaron caro. La seguridad no se quiebra de golpe: se erosiona. Y cuando eso ocurre, siempre empieza por los mismos lugares y por los mismos cuerpos.

Especialmente, los más chicos.

Referencias y fuentes consultadas

El País “‘Estamos en estado de guerra’: el crudo relato de los pediatras que atienden a los niños del Cerro”. Reportaje sobre la situación sanitaria, el burnout del personal médico y el impacto del estrés crónico y la violencia en la infancia del Oeste de Montevideo. Montevideo, 2024.

UNICEF La infancia y la violencia en contextos de vulnerabilidad urbana; Estado Mundial de la Infancia; informes regionales sobre estrés tóxico, desarrollo cognitivo y exposición temprana a violencia. UNICEF Uruguay / América Latina y el Caribe.

Ministerio del Interior Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad. Estadísticas oficiales sobre homicidios, delitos violentos, distribución territorial de la violencia y evolución de indicadores de seguridad pública en Uruguay.

Ministerio de Salud Pública Informes y datos sobre atención primaria de salud, salud mental infantil y adolescente, recursos humanos en el sistema público y listas de espera en servicios especializados. MSP – Uruguay. Ministerio de Desarrollo Social (referencia complementaria sugerida) Informes sobre infancia, pobreza estructural, contextos de vulnerabilidad social y políticas de protección integral.

Organización Mundial de la Salud (marco conceptual) Documentos sobre estrés tóxico, salud mental comunitaria y efectos de la violencia prolongada en el desarrollo infantil.

Publicaciones de los sociólogos Gabriel Tenembaum y Marcelo Bergman.

Libro “Un Mundo Transformado” del autor.

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Autor: Fernando Vaccotti

Former Field Security Officer OIM AMCA Venezuela. Consultor Privado en FV Consulting. Experto en Seguridad Internacional. Security Consulting Services & Solutions. Consultor Experto en Seguridad WFP (Programa Mundial de Alimentos ONU). Field Security Officer en OIM ONU -Migración. Soluciones en Seguridad Multidimensional. Pensando soluciones fuera de la caja. Out of box thinking.

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