Opinión y comentarios
Desde hace ya más de dos años escribimos y publicamos en nuestros medios, redes y plataformas información sobre el riesgo y amenaza del Fentanilo a nivel internacional, regional y su inminente ingreso en el país. Hemos intervenido en conferencias y hasta la publicación del libro “Un Mundo Transformado» menciona el avance del Fentanilo en la región y sus peligros asociados.
En Estados Unidos las muertes por sobredosis de drogas, principalmente fentanilo, han pasado de menos de 10 000 a comienzos del siglo XXI, a 52 000 en 2015; 70 630 en 2019; 91 800 en 2020, y más de 106 000 en 2023.
De esta manera, gradualmente va dominando la agenda de seguridad entre Estados Unidos y México. Por si fuera poco, Canadá y China se agregan al complejo entramado de producción de precursores, transporte, manufactura y cruce de fronteras.
A pesar de los esfuerzos diplomáticos cuadrilaterales, el problema no se ha podido contener, y Benítez se pregunta si este fenómeno, por sí mismo, se debe combatir como “guerra” y todo lo que ello implica, y si dada la incapacidad de los gobiernos para detener el aumento del consumo de fentanilo, se convertirá en un asunto de seguridad internacional.
El crimen organizado tiene un impacto geopolítico en América Latina. La presencia del COT, especialmente el narcotráfico, es cada vez más fuerte en la región y afecta a todos los países, desde el sur argentino hasta el norte mexicano, pasando por Brasil y los países andinos, la problemática centroamericana y caribeña, Colombia, Ecuador y Venezuela, países con procesos mafiosos enquistados en sus respectivos estados.
La cooperación internacional es un instrumento crucial para prevenir la propagación de esta droga letal, de fuerte poder adictivo y relativa facilidad de transporte. La guerra de Estados Unidos contra el devastador flagelo del fentanilo ha avanzado a una fase decisiva al incorporar el arma de la geopolítica en la lucha contra el consumo ilegal de este potente fármaco opiáceo sintético, esquivo hasta ahora.
«La cooperación internacional, los acuerdos diplomáticos y acciones coordinadas son instrumentos vitales para combatir a un estupefaciente potencialmente mortal. Su cadena de valor es insuperable en términos de comercio y rentabilidad en comparación con el narcotráfico tradicional».
Convertido en una amenaza emergente, este año, se produjo un alarmante aumento de las muertes por sobredosis con este narcótico sintético conocido como «la droga zombi», a menudo combinado con xilacina, una droga utilizada principalmente como sedante, analgésico y relajante muscular en medicina veterinaria.
A su vez, siempre analizamos y observamos el tablero geopolítico del crimen organizado desde un punto de vista macro o sistémico, en un continente cada más igualado por el fenómeno del aterrizaje incesante del crimen organizado trasnacional (COT) y que se ha convertido en un actor insoslayable de la vida diaria de LAC con toda su impronta asociada de violencia, delincuencia generalizada y corrupción.
El crimen organizado tiene un papel importante como actor geopolítico, ya que disputa con los Estados el poder político, económico, territorial y social. De esta forma, la delincuencia organizada influye en los Estados y sus sociedades, así como las relaciones entre sí y con otros Estados, teniendo como base objetivos tanto económicos, políticos como geopolíticos.
Pienso que estamos viviendo en Latinoamérica y por lo tanto en nuestro país, la época del reconocimiento colectivo del enemigo a nivel sociedad cuando el propio enemigo ya nos reconoció hace rato como objetivo claramente alcanzable a tomar, consolidarse y seguir construyendo poder desde dentro de los propios estados.
«La situación que el crimen organizado ha generado en el mundo es hiperdinámica, caótica, heterogénea y, por supuesto, lo suficientemente importante como para haber puesto en tensión el concepto de gobierno estatal«.
Estas iniciativas como las cumbres de seguridad regionales y las firmas de acuerdos con organismos internacionales y gobiernos extranjeros como las que está llevando a cabo el ministro del Interior en representación del gobierno para encarar políticas de combate al fenómeno del COT (que tiene como mascarón de proa al narco y micro tráfico en todas su dimensión pero que se expande en la trata de personas, mercado negro de armas, prostitución, secuestros extorsivos, contrabando de todo tipo de bienes y mercaderías, minería ilegal y más) si bien son auspiciosas, nos deben llevar a pensar necesariamente en la inmensidad colectiva del fenómeno delictivo que muchas veces nos marca la agenda.

Los estados parecen no estar nunca preparados al cien por ciento para enfrentar al COT y la velocidad de este siempre es mayor en todo sentido de anticipación y ejecución de sus objetivos de gobernanza criminal y la toma del poder. Los recursos del espectro criminal son superiores en todo sentido.
Las bandas complejas del crimen (tanto local como transnacional) han tensionado los conceptos tradicionales de seguridad y justicia, generando situaciones hasta hace poco tiempo impensadas. Una de ellas es la posibilidad de involucrar en la lucha contra este flagelo del crimen organizado a las Fuerzas Armadas.
Esto sin dudas implica un impacto geopolítico cuyas consecuencias aún ni siquiera han podido ser mensuradas dado que, al menos en Occidente, este fenómeno social se encuentra en plena etapa de desarrollo, en pleno tránsito.
La hipótesis de una posible llegada del Tren de Aragua es otra de las amenazas que hemos manifestado públicamente y consideramos que es otra realidad para la que hay que crear anticuerpos o al menos generar barreras de mitigación, detección temprana o retraso de un ingreso que al igual que lo visto en países vecinos, se adelanta como de prácticas sumamente violentas. El Tren de Aragua no viene solo. Participa en alianzas regionales con bandas como el CJNG y el PCC, el Cartel de Sinaloa más otras bandas emergentes, todos grupos de gran influencia y penetración en el continente.

Si bien algunas de esas prácticas se pueden observar en la virulencia con la que se cometen los crímenes actualmente en algunos barrios de Montevideo y otras ciudades del interior generalmente cercanas o parte de las fronteras principalmente con Brasil, todavía no se ha visto lo peor pero con estas muestras de violencia y crueldad a diario, ya se tendrá una idea.

La actividad criminal suele ser advertida por la sociedad únicamente por sus efectos: muerte, terror, incertidumbre, caos. Pero no siempre las empresas criminales necesitan de este tipo de acciones para funcionar; el crimen organizado no es únicamente el tráfico de drogas, de personas, de armas o la extorsión».
A continuación, compartimos links de artículos relacionados con el fentanilo y bandas criminales :
https://vaccottifer.com/2024/04/15/fentanilo-en-uruguay-solamente-una-cuestion-de-tiempo/
https://vaccottifer.com/2024/05/10/fentanilo-mercado-internacional-y-la-llegada-a-uruguay/
https://vaccottifer.com/2024/05/19/fentanilo-riesgo-y-amenaza-de-su-ingreso-al-territorio/
Por Fernando Vaccotti
De la Redacción de El País
El ministro del Interior, Nicolás Martinelli, planteó en la Cumbre Latinoamericana de Seguridad que se realizó en Guayaquil (Ecuador) su preocupación por la posibilidad de que se instale en Uruguay el grupo criminal venezolano conocido como “Tren de Aragua” y porque se extienda el uso de fentanilo, que ha hecho estragos entre quienes lo consumen en Estados Unidos. El ministro dijo que son planteos y “preguntas difíciles pero que debemos hacerlas” y planteó que se debe tener “firmeza para dar las peleas qué hay que dar y valentía para ir hasta las últimas consecuencias con quienes infringen la ley”.

Durante la reunión, el brasileño-israelí Ilan Goldfjan, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), propuso crear una alianza regional para fortalecer la seguridad y la justicia en la región, coordinar la implementación de políticas públicas y la movilización de recursos. Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay se sumarán a esta alianza y Ecuador se comprometió a asumir la primera presidencia. El BID anunció que ejercerá la secretaría técnica.
Goldfjan explicó que se busca “cortar el oxígeno” al crimen organizado a través de tres ejes: limitar su influencia entre las poblaciones más vulnerables, fortalecer las instituciones del Estado y suprimir su flujo financiero. Las diferentes organizaciones que participaron en el foro coincidieron en la necesidad de implementar mecanismos de control del flujo financiero. “Esa es la sangre que circula, y a menos que tengamos transparencia en el financiamiento, no vamos a tener control sobre el flujo y la corrupción”, dijo Tuesday Reitano, subdirectora de la Global Initiative Against Transnational Organized Crime.
El BID propone apoyar a los países con asistencia técnica, capacitación, datos científicos y tecnología. “Tenemos que usar herramientas de análisis e inteligencia basadas en evidencias para saber dónde está el crimen, dónde hay que concentrar los recursos, porque enfrentamos a grupos más sofisticados”, explicó el presidente del BID. En ese sentido, la institución también anunció en Guayaquil un acuerdo con el Banco Mundial y el CAF -banco de desarrollo de América Latina y el Caribe– para profundizar la cooperación para generar conocimiento y apoyar las políticas públicas en los países de la región relacionadas con el crimen organizado transnacional.
Un pensamiento