Sobre Seguridad Humana
Preguntas frecuentes hoy que tanto se habla de Seguridad.
La SH es un concepto impulsado desde la ONU desde el año 1994.
Actualmente se ha avanzado en el concepto y por fin algunos líderes políticos comienzan a incluirlo en su agenda.
1) ¿seguridad de quiénes?, 2) ¿seguridad de qué? y 3) ¿qué significa seguridad?
El enfoque de SH consiste en su foco en metas como la dignidad, la equidad y la solidaridad entre individuos.
El Estado no constituye el centro de análisis sino uno de los principales garantes de estas dimensiones, entre otros actores (comunidad internacional, organizaciones no gubernamentales, organizaciones internacionales).
También indican que el enfoque de SH permite reconocer la existencia de nuevas amenazas (interdependientes), que van más allá de la violencia entendida en su acepción tradicional.
Existen distintos ámbitos generadores de situaciones que comprometen la seguridad de las personas: el espacio natural, las dinámicas de estructuras de poder de diverso tipo (socioeconómicas, de género, generaciones, raciales), las conductas lesivas de los propios individuos y hasta funcionamientos fallidos de los Estados o acciones deliberadas de estos que lesionan a los individuos. Según Tadjbakhsh y Chenoy (2007), las amenazas pueden ser de cuatro tipos si se consideran aquellas que pueden dañar el núcleo central de las vidas humanas, a saber:
1. Amenazas de tipo socioeconómico: se relacionan con la seguridad del empleo y los ingresos, el acceso a alimentos, así como a servicios sociales básicos como salud, vivienda y educación. Esta categoría está directamente asociada a la libertad de las personas frente a la necesidad.
Los factores que generan inseguridad en esta dimensión se vinculan, principalmente, a la distribución inequitativa de las oportunidades en las sociedades, y por lo tanto, las amenazas y los riesgos sociales.
2. Amenazas contra la seguridad personal: abarcan las perpetradas por los Estados (tortura, las que surgen por conflictos con otros Estados como las guerras, las derivadas de conflictos étnicos, religiosos y guerras civiles); las que provienen de otros individuos (criminalidad, violencia de género y hacia los niños y niñas); las que cometen los individuos contra ellos mismos, como los suicidios o el consumo abusivo de drogas.
Asimismo, bajo esta dimensión se incluyen las percepciones individuales y los miedos, por ejemplo, a ser atacado, a quedar sin empleo ante una crisis económica, el temor a quedar sin protección de salud debido a un recorte en los programas sociales.
Esta dimensión comúnmente se asocia a la libertad frente al miedo y puede ser medida a través de indicadores proxy de encuestas de percepción.
3. Amenazas políticas: comprenden tratos discriminatorios, corrupción en el Estado, funcionamientos arbitrarios de las instituciones, funcionamiento inadecuado de la justicia, déficits de diverso tipo en el funcionamiento del Estado de derecho.
Esta dimensión está emparentada con la anterior y también suele asociarse a la libertad frente al miedo.
4. Amenazas ambientales: incluyen la degradación natural y fenómenos permanentes como la polución, hasta fenómenos repentinos, como desastres naturales del tipo de terremotos, ciclones, inundaciones.
En síntesis, la Seguridad Humana no solo involucra el fin de las guerras, sino la habilidad para crear ambientes seguros para la realización humana.
No es solo un problema de seguridad física, sino también de privación y de restricción de acceso a la salud, a la educación, a los derechos civiles y políticos y a las oportunidades sociales. A partir de este enfoque, se busca generar estrategias comprensivas de protección del núcleo vital de los individuos que conduzcan al
Desarrollo Humano y la promoción de los DDHH.
La identificación de las amenazas a la SH debe situarse en la dinámica de los procesos de modernización propios de cada sociedad.
Estos generan oportunidades pero también riesgos, sin importar los niveles de desarrollo. Las inseguridades son elementos inseparables de una determinada concepción sobre el bienestar y no necesariamente deben ser entendidas como aspectos negativos en la medida en que puedan prevenirse. De hecho, diversos fenómenos propios de los modelos de desarrollo capitalistas occidentales, tales como la pérdida de centralidad del trabajo, los cambios en los modelos familiares y en los roles de género o en las pautas de reproducción, son aspectos que impactan sobre las vidas de las personas y que tienen consecuencias en términos de SH.
Esto implica que las políticas de SH deben ser flexibles en el sentido de variar en el tiempo y territorio de forma de proteger mejor a los individuos frente a los nuevos riesgos y amenazas.
Fuente: estudios ONU y novedades.