
El combate al narcomenudeo o microtráfico es un tema que debaten los estrategas en la región. En nuestro país se está observando una creciente operación a nivel nacional desde poco tiempo después de comenzada la nueva administración del gobierno de coalición contra las llamadas “bocas” con resultados diversos , incautándose droga en cantidades inusuales (algunos analistas señalan que en el último año y de acuerdo a la información disponible se han incautado más de seis toneladas) , armas, celulares, dinero, objetos robados, uniformes policiales y de otras características, vehículos y en general comenzando a mostrar la existencia y realidades de ese mundo paralelo del mal en el que se mueve la delincuencia criolla. De esta manera se cumple además con una promesa de campaña política previa, el dar combate al narcotráfico.
Existen experiencias geográficas cercanas en este tipo de estrategias para encarar “el gran combate”, que es al narcotráfico en general. Pero hay que distinguir claramente entre microtráfico y narcotráfico. Son dos negocios diferentes con estructura, códigos y logística diferentes.
Se han implantado estrategias recientes en Argentina (por ejemplo, en diciembre de 2019 la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, anunció en rueda de prensa los detalles del operativo denominado «Satélite Blanco», que permitió desarticular una banda dedicada al narcomenudeo y el secuestro de 13.400 dosis de cocaína). La administración de Bullrich marcó rércords históricos de incautaciones de droga en Argentina y desarticulación de bandas de narcomenudeo.
Brasil y Colombia con diferentes eseñanzas o lecciones aprendidas son otros ejemplos para tener en cuenta así como El slavador con su contención de las maras y sería bueno que nuestra Policía y los especialistas así lo hagan.
En Argentina el 93% de las incautaciones de marihuana durante el año 2019 fue a consumidores o por narcomenudeo. Esta cifra surgió de un relevamiento de Seguridad a partir de datos de las cuatro fuerzas federales. En promedio, en 25.000 operativos realizados en el 2019 se secuestraron 8 gramos. De 2016 a 2019 crecieron los procedimientos en busca de cannabis, cocaína y drogas sintéticas pero bajó la cantidad de sustancias secuestradas. (Fuente: Infobae)
Efectos directos del combate al narcomenudeo
La violencia en las calles tiende a aumentar cuando las bandas se sienten amenazadas y disputado su territorio nada menos que por las autoridades oficiales. Existe todo un tejido o entramado social que regula la vida en el entorno del mundo del microtráfico. No se puede esperar que la población de esas zonas puntuales colaboren en su mayoría con las autoridades y entreguen a los delincuentes porque simplemente son parte de la familia, el barrio y en muchos casos los que abastecen o colaboran para la subsistencia del resto ejerciendo un poder sobre todo el colectivo. Se pueden esperar actos de violencia de cualquier índole e imprevisibles como lo fue el caso del atentado a la dirección General de Represión del Tráfico Ilícito de las Drogas en Montevideo, barrio de El Prado. Todo parece indicar que el atentado fue ordenado desde dentro de un establecimiento carcelario. También ha sido notorio las amenazas sufridas por fiscales y atentados en contra de una abogada que defendió a un conocido narco luego extraditado.
En el Departamento de Colonia recientemente se desarticuló una banda y se imputaron 29 personas como resultado de la conocida «Operación Guaraní«, tras más de veinte allanamientos en tres ciudades diferentes.
Según El fiscal de Corte Jorge Díaz afirmó que la mayoría de los narcos locales que durante los últimos años «tuvieron poder y acopiaron fortunas rápidamente» ahora están muertos. (Programa Séptimo Día, La Tele)
Es evidente que en los últimos sesenta días se han recrudecido los eventos violentos en las calles (sobre todo Montevideo), los tiroteos, las persecuciones vehiculares violentas, amenazas a las autoridades, atentados con explosivos, asesinatos y toda la gama de atrocidades que suele acompañar a estos fenómenos. La fisonomía del escenario de la violencia urbana ha cambiado totalmente en el Uruguay moderno.
La distribución geográfica de la principales bandas en Uruguay




(Gráficos exhibidos en programa «Séptimo Día» de Canal 12, Montevideo)
Algunos datos de funcionamiento comparativo y el cambio de paradigma del Narco
En este sentido, en algún punto se ha replicado en Uruguay o al menos se ha intentado replicar el viejo modelo narco surgido en Colombia en las viejas épocas de los grandes cárteles de las drogas centralizados en el Departamento de Antioquia, en su capital Medellin y en otras ciudades como Cali, la capital del Departamento de valle del Cauca. La cultura de generar los cuadros operativos y en general toda la estructura narco establecía la lealtad mediante el reclutamiento de familiares, personas muy cercanas e ir integrando a todo aquel que le prometiera lealtad al patrón. Estas organizaciones dominaron zonas enteras de la ciudad y establecieron su propio organigrama. La característica casi endogámica de la composición de estas bandas constituía su propio blindaje. Además lograron penetrar casi todos los estamentos de la sociedad a través de actos de corrupción que llevaron al propio Pablo Escobar en determinado momento a ser considerado para un cargo legislativo.
Eran épocas de «Patrones» y de un liderazgo ejercido a partir de la crueldad, la disputa territorial y la ley del más fuerte. Los líderes tenían perfil alto, se les reconocía por sus riquezas, apariencia, grandes mansiones y estructuras muy visibles de seguridad. Pasó la época de la efedrina pero aún sigue en alza todo lo que involucra al consumo de anfetaminas a nivel mundial. Hoy todo ha cambiado. De hecho los líderes actuales del narcotráfico son poco conocidos y mantienen otro tipo de vida, lejos de la vista pública. En Uruguay hemos tenido algunos de estos líderes viviendo bajo identidades flasas durante tiempos prolongados y en algunos casos hicieron su vida de familia en el país.
Los dos últimos casos más mediáticos son los de uno de los líderes asociados a Los Cuinis y al Cartel de Nueva Generación de Jalisco, Gerardo González Valencia. Fue detenido el 23 abril de 2016 y procesado, junto con su esposa y otras cinco personas de su entorno, por lavado de activos. Según fuentes judiciales uruguayas, el mexicano recibía dinero en efectivo proveniente del narcotráfico y lo lavaba mediante negocios inmobiliarios y compra de vehículos. Fue deportado a USA recientemente.
El otro caso es de Rocco Morabito,un mafioso italiano y miembro de la ‘Ndrangheta, una organización calabresa de tipo mafiosa. Antes de ser arrestado en Uruguay el 4 de septiembre del 2017, había estado prófugo desde el año 1994 por tráfico de drogas, asociación mafiosa y otros delitos graves. Actualmente se encuentra prófugo de la justicia luego de haber protagonizado una fuyga desde la Cárcel Central de Montevideo.
Los líderes de las bandas del narcomenudeo son muy diferentes. Estas empresas son muchas veces familiares, los operadores son jóvenes y hasta su apariencia marca un perfil asociado a un determinado etereotipo. La jerga particular del delincuente lo puede convertir en reconocible para un agudo escucha en ciertas oportunidades. La expectativa de vida de las bandas criminales compuestas por estos individuos es corta, ronda los 23 a 26 años. Es difícil encontrar un líder de este negocio con más de 40 años a no ser que esté en la cárcel o haya sobrevivido a mucha violencia. Otra característica es que además de vender y distribuir, consumen. es un dato no menor a la hora de analizar la violencia y el atrevimniento al realizar determinadas operaciones.
En otros aspectos de la dinámica cambiante del narcotráfico como parte del crimen trasnacional, diferentes organizaciones internacionales han tejido alianzas y comenzaron desde hace más de dos décadas a operar desde Latinoamérica para el resto del planeta.
Siempre que nos referimos a este aspecto de la trasnacionalidad del crimen organizado hablamos de que se está gestando un vector único que tiende a unificar al crimen en general pero con ciertas especialidades que se reparten en base a zonas geográficas, expertise de maniobras, y variables como la religión entre otras. La Triple Frontera es un caso claro de punto de encuentro de todas estas organizaciones y de las diferentes modalidades delictivas. La conocida ´Ndranghetta, mafia calabresa ha operado en el continente desde hace ya más de 30 años, con unos primeros acercamientos a colombianos y mexicanos pero luego estableciendo fuertes vínculos por ejemplo, con el PCC de San Pablo y otras organizaciones en Brasil como es el caso del Comando Vermelho.
Qué dicen las organizaciones internacionales
De acuerdo al informe anual de UNODC, se pueden sacar algunas conclusiones importantes teniendo en cuenta los Efectos de COVID-19 en los mercados de drogas.
1. El impacto podría ser como la crisis económica de 2008.
2. Expansión y complejidad: crecimiento del mercado.
a. Los patrones de crecimiento de la población explican parcialmente la expansión del mercado.
b. La urbanización es un factor impulsor de los mercados actuales y futuros de drogas.
c. El aumento de la riqueza está relacionado con el aumento del consumo de drogas, pero los más pobres sufren la mayor carga de trastornos.
d. La aparición de sustancias que no están bajo control internacional se estabiliza, pero los nuevos opioides potencialmente dañinos están en aumento.
3. Cambios rápidos en el mercado.
a. Los sintéticos reemplazan a los opiáceos en Asia Central y la Federación de Rusia y el mercado de metanfetaminas crece en Afganistán e Irak.
b. Cambios en las políticas y tendencias cambiantes. El consumo de cannabis aumenta en la mayoría de las jurisdicciones donde el uso no médico legalizó.

4. Los desfavorecidos se enfrentan a daños de los mercados legales e ilícitos de drogas.
a. Los opioides farmacéuticos para el manejo del dolor y los cuidados paliativos están disponibles principalmente en países de ingresos altos.
b. Las personas más pobres enfrentan un mayor riesgo de trastornos por consumo de drogas.
5. Las últimas tendencias.
b. Cadenas de suministro.
El país y la región viven momentos de incertidumbre de todo tipo con respecto a la evolución de la vida post pandemia. Una de las certezas para las que las autoridades deben estar preparadas y anticiparse en materia de planificación es al incremento seguro del delito en los próximos tiempos.
Informe narcomenudeo México
Durante los primeros cinco meses de 2020 se denunciaron 31 mil 795 delitos por narcomenudeo en el país, la cifra más alta desde que las autoridades comenzaron a medir este crimen en 2015.
Este récord se presentó pesar de que en abril y mayo hubo una caída generalizada en la incidencia delictiva a escala nacional, provocada, en gran medida, por el confinamiento voluntario que realizó gran parte de la población para detener la propagación de la epidemia por covid-19. De hecho, la Jornada Nacional de Sana Distancia ayudó a que las carpetas de investigación por narcomenudeo regresaran a niveles similares a los que se registraban en los últimos dos meses del año pasado. De acuerdo el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), los informes mensuales revelan que los delitos por venta y traslado ilegal de pequeñas porciones de drogas se incrementaron 14 por ciento con respecto a las 27 mil 989 denuncias presentadas entre enero y mayo de 2019. Los números oficiales revelan que desde el inicio de la cuarentena se reportaron 11 mil 273 carpetas de investigación, un número aun mayor al que se presentó en el periodo noviembre-diciembre de 2019 cuando hubo 11 mil 175 casos.
A inicios de año, las denuncias por narcomenudeo presentaron un récord mensual con 7 mil 116 denuncias en enero y para febrero las averiguaciones bajaron a 6 mil 591, mientras que en marzo subieron a 6 mil 815 casos. Cifras del SESNSP para la capital del país muestran que en los primeros cinco meses de este año se denunciaron 2 mil 481 delitos por narcomenudeo, lo que representa un incremento de 21.3 por ciento en comparación con los registros del mismo periodo del año pasado.
En enero y febrero se vivieron los meses más problemáticos en el año con 654 y 565 denuncias respectivamente; para marzo las carpetas de investigación bajaron hasta 440 casos y para abril, ya con la cuarentena iniciada y en sus máximos niveles los reportes, cayeron hasta los 316 casos. Para mayo las autoridades capitalinas esperaban una disminución aun mayor de los crímenes como el robo y los homicidios dolosos, lo cual se terminó dando, pero en el narcomenudeo los casos en mayo aumentaron 58.8 por ciento tras presentarse 502 denuncias.
Los estados que concentran más denuncias por la venta y distribución de pequeñas cantidades de estupefacientes en el periodo enero-mayo son Guanajuato con 5 mil 629 carpetas de investigación, seguido por Coahuila con 4 mil 414 casos y Baja California con 4 mil 363 reportes. Por detrás de esas entidades se encuentran Chihuahua (2 mil 833), Nuevo León (mil 567), Estado de México (mil 438) y Aguascalientes (mil 360). La presencia del narcotráfico en el país se ha intensificado en los últimos meses con diversos ataques en donde los grupos delincuenciales quitan la vida a por lo menos una decena de personas, como los 12 cuerpos arrojados en Caborca, Sonora, el 20 de junio pasado; la masacre de 15 indígenas oaxaqueños en la comunidad San Mateo del Mar al día siguiente.

Extraído de Milenio 2020.com
Comentarios de Fernando Vaccotti